El persistente trabajo de información y diálogo por parte de las autoridades de los gobiernos de Sonora y México está dando frutos en Ures, donde un número creciente de habitantes y ejidatarios ha comenzado a dar su brazo a torcer, convencidos de los beneficios que traerá el Plan Integral del Río Sonora, incluyendo la construcción de la presa Puerta del Sol. Esta muestra de confianza resalta no solo la aceptación del proyecto, sino la adecuación de la obra a las preocupaciones y necesidades locales, una pieza clave en la narrativa de esta controversia.
Inicialmente marcada por escepticismo y desconfianza ante el temor de una afectación del recurso hídrico, la postura vecinal está virando gracias a las brigadas informativas que han recorrido casa por casa para aclarar dudas y garantizar que la obra está diseñada para asegurar el abasto de agua para consumo humano, agricultura y ganadería a lo largo del Río Sonora.
Clave en la Trama: La Figura de Alfredo de la Mora
En este cambio de perspectiva, la visión de Alfredo de la Mora, un actor relevante en el proceso de diálogo, es fundamental. De la Mora subraya que la interacción directa con la gente ha sido esencial para “ir adecuando el proyecto a las circunstancias que se necesitan y al sentir de las personas”.
Su testimonio pone en relieve que el valor de la obra va más allá de la infraestructura en sí, pues lo verdaderamente importante es “lo que va a detonar alrededor de la obra”. Para él, garantizar el agua es garantizar la vida y la continuidad de las actividades productivas, eliminando la “zozobra” sobre el futuro hídrico. Este enfoque en el impacto social y económico, y la voluntad de adaptar el plan a las inquietudes ciudadanas, ha sido crucial para desescalar la controversia y ganar adeptos.
Del Escepticismo a la Convicción
La voz de los propios vecinos refleja esta transformación:
Abel Real Rivera afirma que las dudas que tenía la mayoría se han ido “aclarando” y que el proyecto, tal como se plantea ahora, es un “magnífico” beneficio más allá de cualquier perjuicio inicial.
Francisco Escudero Ramírez confiesa que empezó “escéptico” pero que se convenció en una reunión con el gobernador al garantizarse que no habrá un acueducto, una de las mayores preocupaciones originales.
Dora Alicia Jara pasó de estar “muy indecisa” a estar “más convencida” después de escuchar la explicación del proyecto.
Este respaldo creciente de habitantes como Agustín Martínez, Noé Coronado, Gabriela Jara Escudero y David Domínguez Casillas, muestra que el diálogo y la transparencia son la vía para superar la desconfianza, transformando la controversia inicial en una oportunidad de progreso para Ures, que se proyecta incluso como Pueblo Mágico.
Las autoridades reiteran su compromiso de seguir trabajando “codo a codo” con las comunidades para asegurar que el Plan Integral del Río Sonora se concrete como una solución de desarrollo y agua confiable para toda la región.