Pablo Moctezuma Barragán
A lo largo y ancho del país, incontables mujeres han sido partícipes fundamentales de las gestas populares. Una luchadora notoria fue Rosa Giorgiana, quien nació en Villahermosa Tabasco, que en 1863 se llamaba San Juan Bautista. Rosa fue una mujer de acción y de firmes convicciones. Cuando los conservadores, que luchaban contra el gobierno legal y apoyaban a los invasores franceses, toman la plaza por la mala, ella convocó a mujeres amigas, vecinas, familiares a rechazar la usurpación del poder local y logró que le respondieran 50 mujeres que publicaron un manifiesto de rechazo a la imposición, llamando al pueblo a organizarse para echarlo.
El comandante de las fuerzas conservadoras, Eduardo González Arévalo, reaccionó de inmediato y giró orden de aprehensión contra las “viejas argüenderas” y mandó a un piquete de soldados, comandados por el capitán Reguera, a detener a Rosa y a otras mujeres. Cuando Rosa se enteró que ya iban a capturarla, lejos de amedrentarse, realizó un plan de defensa. Distribuyó armas entre todos los vecinos y cuando llegaron a las calles aledañas, desde las azoteas de casas abandonadas, mujeres armadas con rifles comenzaron a dispararles. Y no solo eso, sino que ya sometidos, los rodearon e hicieron prisioneros a todos. Cuentan que Rosa le dijo al capitán que encabezaba al pelotón: “Queda usted en libertad con sus soldados, las armas se quedan aquí para defender la causa liberal y nuestra patria injustamente invadida por los franceses. Váyase y dígales a sus jefes que las viejas escandalosas de Tepeaca son mexicanas que saben defender a su patria y que muy pronto los sacaremos de Tabasco”.
La lucha de las mujeres ha marcado toda la historia de nuestro país, desde los siglos coloniales, pasando por la Independencia, el siglo decimonónico y el pasado siglo XX y sigue en la actualidad.
Desde el siglo XX la mujer comenzó a conquistar sus derechos con fuerza. Carmen Serdán, Elvia Carrillo Puerto, Benita Galeana, Tina Modotti, Frida Kalho son las más visibles, pero han participado millones. Ahora se lucha contra el neocolonialismo mientras lidiamos, ya no con el Imperio español o el francés, sino con el mismísimo Imperio norteamericano.
En 1910 actuó Elvia Carrillo Puerto, como espía y correo en el llamado Plan de Dzelkoop, rebelión armada contra el gobernador porfirista de Yucatán, Enrique Muñoz, ella y su hermano Felipe, impulsaron el movimiento, conocido como “Primera Chispa de la Revolución Mexicana. Tras derrocada la dictadura porfirista, Elvia organiza, en 1912, la Liga de mujeres campesinas, la primera en México. Tras el golpe y usurpación de Victoriano Huerta, Elvia siguió con su lucha, enfrentando a los hacendados y a la reacción que, en Yucatán, tierra de los henequeneros esclavistas era fuerte. Elvia sabía que se jugaban la vida, pero seguía adelante con valentía. En 1916 se llevó a cabo el Primer Congreso Feminista, espacio en que las mujeres buscaban equidad entre ambos sexos y surgieron grandes mujeres precursoras del sufragio efectivo influenciada por la maestra Rita Cetina Gutiérrez fundadora de la primera secundaria para mujeres en Yucatán y de la organización feminista “Siempre Viva”, en estas organizaciones se discutían cuestiones sobre la propiedad de la tierra jornadas de trabajo y educación para mujeres, además incluyeron el debate del voto femenino en las cámaras legislativas.
Elvia comenzó a consolidar su trabajo en 1921, junto con sus compañeras maestras, entre otras, Rosa Torre, Nelly Aznar, Susana Betancourt, Eusebia Pérez, Delta Aguayo y Amalia Gómez, trabajaron intensamente en la alfabetización y por las demandas de las mujeres, y también de los hombre y formaron sus ligas feministas . Elvia fue también a lo largo de su vida una convencida socialista, entendía que la mujer tendrá mejores condiciones en un sistema que elimine toda explotación y opresión entre los seres humanos. Elvia Carrillo Puerto, Hermila Galindo Acosta y “Cuca” García, también pugnaron por la igualdad sexual, laboral y salarial, ideas muy vanguardistas y promovieron el voto de la mujer, por cierto, en los billetes de mil pesos se ha impreso la imagen de Hermila Galindo.
Otra gran mujer fue Eulalia Guzmán: maestra y arqueóloga mexicana, maderista, dirigió la campaña de alfabetización, impulsó el voto de la mujer, estudió Monte Albán y Mitla, fue la mejor paleógrafa de México, apoyó el movimiento de 68 y la Revolución Cubana, trabajó hasta los 94 años. Rescató nuestra cultura originaria y nuestra raíz ancestral.
Destacó en las luchas revolucionarias Juana Belén Gutiérrez quien también defendió el voto de las mujeres, fue periodista, escribió en el “Hijo del Ahuizote” y otras publicaciones, y colaboró con el magonismo y el zapatismo y en el movimiento por los derechos de las mujeres hasta que murió en 1942
A lo largo del siglo XX innumerables las mujeres han sido motor de cambio. El 8 de abril de 1975, en Monterrey Nuevo León fue detenido y desaparecido Jesús Ibarra Piedra por la Policía Judicial, a partir de entonces Rosario Ibarra de Piedra estuvo encabezando la lucha por su aparición y por la de miles de desaparecidos convirtiéndose en una luchadora incansable hasta su muerte a los 95 años por los derechos humanos y contra el mal gobierno.
Lucharon desde todos los frentes, de todas las edades, Deni Prieto conocida como “Flor de Otomí” comenzó a enfrentar al PRI-Gobierno luego de las matanzas del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971. Desde joven participaba en brigadas comunitarias con campesinos en Tlaxcala y el Estado de México. Tras el golpe en Chile, en 1973 decepcionada de la vía pacífica ingresó en el Movimiento de Liberación Nacional muriendo asesinada extrajudicialmente, a los 19 años en Nepantla el año de 1974, en una casa de seguridad de la organización.
Recordemos a la Comandante Ramona, quien nació en la comunidad tzotzil de los altos de Chiapas, ahora llamada San Andrés Sacamcnén de los pobres, fue una de las siete comandantes del EZLN , durante más de veinte años luchó como parte del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), , órgano supremo de la organización zapatistas, la imagen de Ramona, una mujer pequeña de baja estatura pues media 1.40 m, con su pasamontañas, ataviada con su vestimenta tradicional con su falda de lana , color negro, su rijo huipil, es conocida públicamente en febrero de 1994 convirtiéndose en una de las figuras centrales del movimiento, su hablar decidido y sus enseñanzas impactaron en todo México hasta su muerte en el año 2006.
En otro frente tenemos la antropóloga social Victoria Novelo, académica y gran investigadora de la clase obrera industrial y del sindicalismo en México, y en el estudio de los petroleros haciendo grandes aportaciones al estudio de los trabajadores sus problemas y soluciones. Ella fue fundadora del Museo Nacional de Culturas Populares.
Quien desde su trinchera realizó grandes aportaciones fue Martha Elvia Pérez Bejarano, nacida en Chihuahua, durante décadas trabajó entusiastamente por la democratización de la vida pública de México y por proyectos sociales muy concretos y renovadores, ella tenía la virtud de unir a todos los colectivos en los que participaba trabajando con gran inteligencia, entusiasmo y alegría. Fue tenaz opositora del PRI-Gobierno y del PRIAN y trabajó entusiastamente por la cuarta transformación de México, muriendo prematuramente en 2017. Como funcionaria fue honrada y eficaz, ella junto con Andrés Peñaloza, impulsó las Contralorías Ciudadanas para el Control y vigilancia del Gasto público por parte de los vecinos.
Inolvidable Digna Ochoa, veracruzana y gran defensora de los Derechos Humanos, valiente y comprometida en defensa de los presos políticos fue amenazada y perseguida, incluso secuestrada, trabajo en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juarez (Prodh), el 17 de octubre de 2001 fue asesinada, durante la presidencia de Vicente Fox, pero además de revictimizarla, tras su ejecución el crimen fue calificado como “suicidio”. Cuando le quitaron la vida acababa de regresar llena de entusiasmo, proyectos y alegría de una gira en Guerrero, donde tocó intereses.
Estas mujeres son solo botón de muestra de una lucha colectiva de cientos de miles, permanecen en la mente y corazón de todas y todos los mexicanos, serán recordadas e imitadas siempre. Sobre todo en los días que corren, en los que mujeres y hombres hemos de luchar por la plena independencia frente al plan del Imperialismo yanki de integrarnos en su región norteamericana, y combatir contra las nuevas formas del colonialismo y neocolonialismo y por una sociedad que armonice las relaciones entre los seres humanos y con la naturaleza.
El papel combativo de la mujer sigue creciendo. El siglo XXI será el siglo de la mujer, oprimida durante cientos de años por el patriarcado y con una larga lucha particularmente intensa en el siglo XIX y XX por la equidad social y de género. Por su soberanía personal, así como por la soberanía nacional y popular.
Hay que recoger las demandas actuales de la mujer en la que una cuestión central es impulsar la equidad social y de género, con políticas públicas con esta perspectiva, en todos los niveles educativos, también es necesaria la educación sexual y afectiva.
Un eje central es el de las mujeres indígenas y afromexicanas. Es primordial el respeto a su autonomía y autodeterminación; garantizar su derecho a la cultura, al territorio, al agua y a vivir sin discriminación; generar oportunidades de educación dentro de su idioma y cosmovisión, además de desarrollar su sistema de salud. Respetar, valorar y recoger su experiencia y saberes.
Hoy es impostergable prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia hacia la mujer y los feminicidios. Urge abolir la explotación sexual. Erradicar la práctica de trata de personas. Particularmente necesaria, es la eliminación de la pederastia y del abuso infantil.
Por otro lado, la liberación económica de la mujer es la base de su emancipación, por lo que su situación laboral es crucial. El reconocimiento de sus derechos laborales es urgente. La organización social y colectiva de trabajadoras incluyendo a las domésticas. Eliminar la brecha laboral salarial, patrimonial y económica entre hombres y mujeres.
Hay que fomentar la economía popular, que le dé acceso a toda mujer a un medio para vivir, además del acceso al seguro social a las amas de casa y el reconocimiento al trabajo doméstico no remunerado, incluyendo jubilación, aguinaldo, prestaciones y pensión. Para que la mujer pueda trabajar es necesario el apoyo social gratuito de muchas instituciones.
En cuanto a los derechos reproductivos, hay que prestar atención a evitar la violencia obstétrica. Recobrar la función y apoyo de las parteras tradicionales. Por otro lado, toda mujer debe tener acceso a la prevención del embarazo y la educación sexual, principalmente para adolescentes. Proceder en todo el país a la despenalización del aborto y al acceso seguro y gratuito cuando se requiera. Son lasmujeres las que deciden sobre su propio cuerpo.
Para lograr la equidad de género se precisa transformar los roles. Desarrollar paternidades responsables, nuevas masculinidades. La educación de los hombres para que ejerzan su paternidad de manera consciente y una serie de políticas públicas que favorezcan a la paternidad.
Es imprescindible el apoyo social a las familias y a las mujeres. Guarderías accesibles y cercanas, impulsar casas refugio con mayor impulso. Cocinas y lavanderías económicas. Apoyo social al trabajo doméstico y al cuidado de enfermos, atención de la salud en casa. Centros de cultura en toda comunidad ya que la sociedad debe ser un factor determinante que facilite la vida de todas y todos.
El sistema de justicia debe poner suma atención y respeto a las denuncias de mujeres. Atención al debido proceso de las mujeres acusadas de algún delito. Y que se garantice la reinserción en la sociedad de las excarceladas, así como el acceso a la justicia y reparación del daño a las mujeres víctimas de violencia sexual y de género.
Esto implica la transformación del sistema de opresión, el enemigo de la mujer es el sistema patriarcal opresor y de explotación. Es necesario un Estado con equidad social y de género, y no caer en la trampa de dividir a la sociedad entre hombres y mujeres sino la unión de todas y todos para garantizar sus derechos.
Es claro que hay muchos derechos reconocidos formalmente, pero hace falta organizar a la sociedad y al Estado, para que estos sean reales y se respeten.
Toda la sociedad, mujeres y hombres debemos comprometernos en esta lucha importante, difícil y urgente, que en la medida en que avance será un indicador del avance de toda la sociedad. La tarea es grande, habrá que construir un nuevo modelo de sociedad, los frutos serán transformadores, la vida será otra y mejor cuando se logre la equidad de género.
La lucha de la mujer por la Independencia es una lucha integral y holística. Y tanto amor, esfuerzo, inteligencia, entusiasmo, sacrificio, convicción, entrega, creatividad, y fuerza ha tenido, tiene y tendrá los mejores frutos en los días venideros. Todas estas mujeres no lucharon en vano, sino que abrieron camino al futuro, a una nueva vida y una nueva sociedad. Su recuerdo acompañará a las y los mexicanos en los años por venir.
La lucha de las mujeres por la soberanía, contra la opresión y por sus derechos ha estado ligada siempre, a la lucha contra toda explotación entre los seres humanos, enlazando su suerte a la de toda opresión incluyendo a la Madre Tierra.