Ciudad de México.-
Una pareja originaria de Hermosillo, Sonora, ha capturado la atención y admiración de quienes transitan por la zona de la Alameda Central. El Sr. Marco Antonio y su esposa, la Sra. Yolanda Aracely González, se han convertido en un ejemplo de bondad y solidaridad al ofrecer alimentos a personas en situación de calle que no tienen acceso a una comida caliente y nutritiva durante los fines de semana.
Todos los domingos por la tarde, a partir de las 7:00 p.m., esta pareja se instala en la esquina opuesta al Metrobus Hidalgo, sobre Avenida Juárez, para asar carne, calentar tortillas y repartir comida hecha con dedicación y cariño. Este gesto, que no busca reconocimiento ni recompensa, nace del profundo deseo de ayudar a los demás y ofrecerles un momento de alivio en medio de sus adversidades.
Inspiración y compromiso
En una breve entrevista, Marco Antonio compartió que su motivación para realizar esta labor proviene del ejemplo de su esposa, quien lo inspiró a ayudar al prójimo de manera desinteresada. “No buscamos nada a cambio, solo darles un alimento digno y mostrarles que no están solos,” comentó con humildad.
Durante las últimas cuatro semanas, han atendido a decenas de personas que deambulan por la zona, muchas de las cuales no pueden acceder a comedores comunitarios durante el fin de semana. Además, invitan a vendedores ambulantes o personas de escasos recursos a acercarse para disfrutar de una comida nutritiva.
Un ejemplo para la comunidad
La humanidad y gentileza de Marco Antonio y Yolanda Aracely se reflejan en la manera en que interactúan con quienes se acercan. Su iniciativa, lejos de buscar aplausos en redes sociales, representa un llamado a la empatía y la solidaridad en un mundo donde estos valores parecen escasear.
“Es reconfortante saber que aún existen personas que actúan por el simple deseo de ayudar, sin grabar videos ni buscar medallas de reconocimiento,” expresó uno de los testigos de su labor.
Historias como esta nos recuerdan que pequeños actos de bondad pueden tener un impacto enorme en la vida de quienes más lo necesitan. Marco Antonio y Yolanda Aracely son un verdadero ejemplo de que la humanidad aún tiene esperanza.
