En el país existen 39 “focos rojos” del agua, revela un análisis elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Se trata de problemas relacionados con “baja disponibilidad” de agua superficial, deficiencias en disposición de agua subterránea, monitoreo y medición, manejo de agua potable, saneamiento, riego, manejo de presas; mala calidad del agua, insuficiente alcantarillado, alta vulnerabilidad ante inundaciones y sequías.
El documento, con copia en poder de Contralínea, detalla por entidad federativa cada una de las problemáticas, actores involucrados, indicadores –social, salud, ambiental, económico y político–. Asimismo, están identificados por un semáforo de atención prioritaria: “muy alta”, en rojo; alta, anaranjado; media, amarillo y baja, en verde.
Elaborado al inicio de la gestión que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador –enero de 2019–, da cuenta de la problemática generada por administraciones anteriores a nivel federal y estatales, misma que se ha resuelto apenas en un 9.3 por ciento.
Ahora, se ha avanzado con los acuerdos llegados con la presa El Zapotillo, en Jalisco; el decreto para que los indígenas de los Valles Centrales de Oaxaca tengan pleno acceso al agua; la cancelación de una planta cervecera de Constellation Brands, en Baja California; y la construcción de la presa Santa María, en Sinaloa, situaciones atendidas directamente por el titular del Ejecutivo, quien se ha involucrado en las negociaciones.
Pedro Moctezuma Barragán, doctor en Planeación y Desarrollo por la Universidad de Liverpool, Inglaterra, indica que ha habido grandes avances en materia hídrica en el país con la resolución de los casos señalados; así como con el proyecto de Agua Saludable para la Laguna, desarrollado en la Comarca Lagunera, que comprende las entidades de Durango y Coahuila.
Sin embargo, dice, “quisiéramos que esto fuera una pauta, porque hay lugares en donde se da lo contrario, como en el caso de la termoeléctrica de Huexca, en Morelos, por ejemplo, donde la falta de diálogo, de cumplimiento de promesas, es grave, y es un lugar donde efectivamente hay que revisar la situación”.
Otra de las problemáticas que señala el integrante de la Coordinadora Nacional Agua para Tod@s Agua para la Vida, es el del Río Santiago, en Jalisco, con niveles de contaminación únicos en el mundo. “Hay una amplia coalición de organizaciones sociales, universidades, y han ofrecido soluciones para esta grave contaminación, y sin embargo, no se ha avanzado en un proyecto que efectivamente empiece a combatirlo”, acusa.
Un pendiente urgente de atender, agrega Moctezuma Barragán, es el cumplimiento del reciente decreto presidencial en el marco del Plan de Justicia para el pueblo Yaqui, porque lamentablemente se crea el Distrito de Riego 18, y, sin embargo, “no está garantizada la dotación de agua para éste. Esto es un sinsentido. Mientras, para el distrito del riego yaqui sí hay una abundancia para el uso y abuso del agua dirigida a la agro-exportación”, señala.
“Muy alta prioridad”
Del análisis de Conagua y Semarnat se desprende que todavía hay 15 focos rojos en “prioridad muy alta”, de los 17 que había; es decir, el 34.88 por ciento de los conflictos mapeados, en Hidalgo, Chihuahua, Puebla, Chiapas, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa.
Los casos: el Acueducto Independencia, en Hermosillo, Sonora; las extracciones no autorizadas de agua superficial en la cuenca del río Conchos y la misma problemática en la cuenca del Carmen, provocada por grupos menonitas y mormones, ambas en Chihuahua; en esta misma entidad, el drenaje pluvial de la zona urbana de Ciudad Juárez es un “foco rojo” hídrico. Así como, los asentamientos humanos en zonas de riesgo, alto riesgo y en cauces de arroyos, en Baja California Sur.
La construcción de la presa El Chihuero y zona de riego, municipio de Huetamo, Michoacán. La contaminación del Río Atoyac, en Puebla, Oaxaca, Tlaxcala. En Hidalgo, el Agua del río Tula y de la presa Endhó para abastecimiento está contaminad; la posición a las obras de rectificación y ampliación en la capacidad del río Tula y la oposición a la Planta de Tratamiento de Agua Residuales Atotonilco.
En tanto, en el sur del país, las problemática la oposición al establecimiento de granja porcícola, en el municipio de Homún, Yucatán y la contaminación las Lagunas de Montebello, en Chiapas, considerado Parque Nacional.
Viridiana Lázaro, especialista en agricultura y cambio climático de Greenpeace México, coautora del estudio ¿Qué hay detrás de la industria porcícola en la península de Yucatán? La carne que está consumiendo al Planeta, comenta que esta industria se ha asentado en esta región debido a que en el subsuelo se encuentran dos terceras partes de toda el agua renovable del país.
Del análisis elaborado por el grupo ambientalista se desprende que uno de los principales problemas es la contaminación del agua, principalmente, por los deshechos de los cerdos de estas granjas industrializadas, “que son lugares cerrados, con a miles de animales que producen desechos diariamente y que el ecosistema no es capaz de reintegrarlos y recircularlos de una manera sostenible ni adecuada. Aunque, las granjas tienen sus biodigestores, su tratamiento de aguas, no es suficiente para tratar esta cantidad de desechos y ocasionar un daño al ambiente”.
En las muestras de agua analizadas por Greenpeace, comenta, “encontramos que todas exceden los límites recomendados en amonio, nitritos y nitratos para garantizar la salud de las personas, según la Norma 127, que es la que dicta los límites para uso y consumo humano de agua. Las muestras fueron tomadas de pozos cercanos a las comunidades y las comparamos con la Norma 001 de la Semarnat, que es la que dicta los límites de estos nutrientes, que se pueden volver contaminantes para asegurar la protección de la vida”, indica la ambientalista.
“Prioridad Alta”
La descripción de los conflictos precisa que en el rango de “prioridad alta” existen 15 focos rojos en 10 estados. La contaminación de afluentes es la constante en el Río Tijuana, así como la conflictividad generada el Distrito de Riego 014 por la entrega de agua de Estados Unidos, en Baja California. La continuidad de las obras en el Canal Centenario, en Nayarit.
El Río Santiago, en Jalisco, a donde las empresas del corredor industrial del estado depositan sus desechos, por lo que es uno de los más contaminados de la República. En tanto, en Michoacán se encuentran contaminadas las aguas del Río Duero utilizadas para riego agrícola. Mientras, en el Estado de México, el Sistema Cutzamala ha provocado afectaciones a ejidatarios y grupos Mazahuas, los terrenos acueducto Chilesdo y ha generado reclamos de la organización Gobierno otomí-mexica y, en Morelos, la instalación de la Termoeléctrica de Huexca.
Asimismo, invasiones y afectaciones al arroyo El Obispo, municipio de Santa Catarina, en Nuevo León; el proyecto de modernización integral del riego del valle de Cuatro Ciénegas y la extracción de materiales pétreos en el Río San Rodrigo, municipio de Piedras Negras, Coahuila. En la Ciudad de México, ejidatarios de San Antonio del Puente, Temoaya, sufren los impactos del Sistema Cutzamala en sus terrenos. En Guanajuato, el Plan Salamanca está relacionado con contaminadas por descargas y derrames de las instalaciones de refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) y una planta termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
De prioridad media y baja, indica el estudio de Semarnat y Conagua se encuentran: la contaminación Río Sonora y Aguas Residuales Agua Prieta, en Sonora; la invasión del vaso de la presa Plutarco Elías Calles, Aguascalientes; problemática de la presa Huachinantla, Morelos; el bloqueo a la Presa Derivadora Nexpa por falta de pagos de indemnización de predios, en Guerrero.
También, la contaminación de agua por herbicidas en comunidades indígenas, en Campeche y la contaminación de la laguna de Las Ilusiones y la mortandad de manatíes, en Villahermosa, Tabasco y la contaminación de agua por herbicidas en comunidades indígenas.
Asuntos pendientes
Fermín Reygadas Robles- Gil, cofundador y director ejecutivo de Cántaro Azul, expone que los focos rojos documentados por la Conagua y Semarnat responden al interés de atención del gobierno federal. “No son necesariamente para la población de México. Lo que quiero decir es que la problemática del agua genera conflictos y una serie de retos en el día a día, y gran parte del territorio de nuestro país”.
Lo anterior, expone, se da dentro de una familia, donde las responsabilidades que se asignan sin equidad, “en las cuales las mujeres muchas veces son quienes tienen que ir a acarrear el agua, en comunidades rurales donde cientos de miles de mujeres tienen que acarrear agua por varios kilómetros de distancia en formas muy precarias, limitando muchas otras formas de su desarrollo y participación comunitaria. Esto no es visibilizado”.
Doctorado del Grupo de Energía y Recursos de la Universidad de Berkeley, California, Fermín Reygadas señala que en Chiapas, por ejemplo, “nos ha tocado ver de primera mano, cómo los ejidos al desmantelarse se han asignado las fuentes de agua dentro de las parcelas, ahora ya se considera propiedad privada, y no hubo ningún cuidado en estas últimas décadas para que estos espacios, esas fuentes de agua quedaran en espacios comunitarios. Al estar dentro de una parcela, lo que se ha dado mucho es que se empiezan a crear nuevos caciques del agua, personas que cobran a su comunidad o a otras, para tener acceso a un bien que es la nación, y que debería ser utilizado para beneficio de todas las personas, y no para obtener un beneficio económico de manera particular o privada”.
También, se observan, una serie de problemas como estos espacios donde se ponen los residuos sólidos de los municipios en una cañada, y están contaminando de manera significativa el agua que es utilizada por otras comunidades río abajo. “Este tipo de problemas afectan a poblaciones que han sido marginadas, vulnerables, y no son visibilizados o rescatados por las autoridades municipales, estatales, o federales, que no aparecen en estos espacios”, critica.
Gran parte de las problemáticas que fueron identificadas, y las que no están siendo visibilizadas responden a un marco jurídico del agua que ya tiene 30 años, de una época que llamamos neoliberal, comenta el especialista, “pero que específicamente lo que queríamos en esa época como país era que el mercado tenía la mejor forma de resolver los problemas, y el marco jurídico que está explícito en la Ley de Aguas nacionales, lo que dice es que el mercado es quien determinará los usos eficientes del agua, y a dónde será asignada”.