Santa Cruz, Arizona.- Un ciudadano iraní, residente permanente legal en Estados Unidos, tuvo en sus manos la oportunidad de rehacer su vida, pero en lugar de ello, optó por el camino del crimen. Su última caída ocurrió cuando fue detenido por un agente del sheriff del condado de Santa Cruz por una infracción de tránsito, descubriéndose que transportaba armas, fentanilo y a tres inmigrantes indocumentados.

Durante la revisión del vehículo, los agentes encontraron una pistola en el bolsillo del conductor, otra bajo el asiento del pasajero y una cantidad de fentanilo en la consola central. Junto a él viajaban un ciudadano estadounidense y tres guatemaltecos indocumentados, lo que llevó a la acusación de contrabando de personas, posesión de sustancias controladas y posesión ilegal de armas de fuego.

El individuo, con antecedentes penales previos, ahora enfrenta cargos tanto estatales como federales, incluyendo violaciones al 8 USC 1324 (Contrabando de extranjeros), 21 USC 844 (Posesión de sustancias controladas) y 18 USC 922 (Delincuente en posesión de un arma de fuego).
Este caso, que sigue bajo investigación, refleja una historia repetida: una persona que, pese a haber sido admitida legalmente en el país, eligió seguir el camino del delito en lugar de aprovechar la oportunidad de una vida mejor. Ahora, en lugar de libertad, se enfrenta a un proceso judicial que podría costarle mucho más que su estatus migratorio.
