El organismo electoral busca asegurar una bolsa de más de 551 millones de pesos para 2026, donde el mayor beneficiario no es el votante, sino la clase política y su propia estructura operativa
Hermosillo, Sonora. El Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEE Sonora) demostró una vez más la voracidad de los entes públicos al aprobar su solicitud presupuestal para 2026, la cual asciende a 551 millones 741 mil pesos. La cifra, que deberá ser revisada por el Congreso del Estado, inmediatamente enciende las alarmas sobre el descontrol y la falta de austeridad en el manejo de los recursos.
El proyecto de presupuesto del IEE revela una marcada inclinación a financiar la estructura y a los partidos políticos, dejando en segundo plano las necesidades operativas esenciales. Al analizar el destino de los fondos, se evidencia que más de la mitad del dinero (58%) se canalizaría a gastos que poco tienen que ver con la elección inmediata de 2026.
La solicitud del IEE confirma una tendencia preocupante en el gasto electoral, donde dos rubros concentran la mayor parte de la bolsa millonaria:
Con 179.7 millones de pesos, el 33% del presupuesto total se destinaría únicamente a financiar las actividades de los partidos políticos locales. Este monto, determinado por la Ley, es un gasto intocable para los organismos electorales y es el principal generador de una percepción de opulencia en la clase política, la cual se nutre de dinero público sin rendir cuentas claras de su origen y destino.
Un 25% del total, equivalente a 139.9 millones de pesos, está etiquetado para pagar la nómina, prestaciones y obligaciones fiscales del personal del IEE. Este rubro asegura que la estructura administrativa del organismo se mantenga con un presupuesto millonario, independientemente de la carga de trabajo en un año de “inicio” y no de elección.
Aunque el Proceso Electoral Ordinario 2026-2027 es “uno de los más complejos”, el IEE destina 171.8 millones de pesos (32%) para su arranque. Si bien se justifican gastos como la instalación de consejos y la contratación de personal eventual, el Congreso deberá poner especial atención para que esta partida no sea un cheque en blanco que se diluya en gastos operativos y administrativos que ya están cubiertos por las otras bolsas millonarias.
Con un 58% del presupuesto asegurado para partidos y nóminas, la tarea del Congreso estatal será aplicar un tijeretazo real y significativo a la solicitud para evitar que el IEE se convierta, una vez más, en un ejemplo de la insaciable sed de recursos que tienen los entes públicos.