En una entrevista reciente de Proyecto Puente, Nery Ruiz Arvizu, presidente del IEES (Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana), dio a conocer la cantidad asignada para el proceso electoral de este año; un total de 599 millones de pesos, distribuidos de la siguiente manera: 209 millones para los partidos políticos, 120 millones para el financiamiento del IEES y 270 millones del proceso electoral (que básicamente es contratación de personal). De esta cantidad, Ruíz Arvizu, presume que es un gasto menor al del año pasado, aun así, casi de 600 millones de pesos, me parece que es tirar a la basura demasiado dinero, el cual podría utilizarse en muchas otras cosas que verdaderamente beneficien a los sonorenses.
La asignación de gasto ordinario para cada partido en Sonora se da de la siguiente manera: Morena, 40 millones 260 mil pesos; el PRI, 24 millones 8 mil; el PAN, 17 millones 952 mil; MC, 13 millones 960 mil; PT, 13 millones 890 mil; Nueva Alianza Sonora, 10 millones 457 mil; PVEM, 10 millones 371 mil; PES SONORA, 8 millones 460 mil y para el Partido Sonorense (este es nuevo en Sonora), 3 millones 31 mil pesos. Estos montos asignados a los partidos políticos de Sonora son principalmente para poder hacer campaña y gastar en propaganda diversa que va desde anuncios en radio, televisión, periódicos, espectaculares, hasta playeras y gorras; renta de oficinas, contratación de personal y en muchos otros conceptos.
Ante la pregunta que le hace Luis Alberto Medina a Ruiz Arvizu, del porque se le da tanto dinero y si están siendo bien fiscalizados, el funcionario responde que el financiamiento viene plasmado en la constitución en ley electoral local.
Las cifras asignadas a cada partido y el gasto que se erogará para esta elección me parecen cantidades alarmantes, ya que en el estado todavía hay cientos de pueblos, comunidades, colonias y ejidos que viven sin red de agua potable, sin energía eléctrica, sin drenaje ni pavimentos, sin centros de salud, etc. Ante la declaración del presidente del IEES, digo: la constitución mexicana también establece que todos mexicanos tienen derecho, por ejemplo, a una vivienda digna, sin embargo, esto no se hace valer tan religiosamente como lo de la asignación de recursos a partidos políticos.
Está a punto de culminar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el cual, en su campaña pregonaba que su gobierno se distinguiría de los demás porque, se iba a aplicar una política de cero corrupciones, cero nepotismos, estar del lado el pueblo y de ser un gobierno muy pero muy austero. Nunca vimos al gobierno federal aplicar esta medida a sus funcionarios, ni él mismo lo aplicó, puro cuento y demagogia. Y aquí, el gobierno sonorense está haciendo lo mismo, en los casi tres años que lleva Durazo gobernando, ha tenido que despedir a altos funcionario de su gabinete por “prácticas comprobadas” de corrupción; solamente los cesa de su cargo, porque hasta el momento, no hemos visto ninguno tras las rejas; más bien, los vemos insertados en otros puestos políticos. Vemos también, que la famosa “austeridad” se aplica en otras partes menos en el gobierno; desde directores hasta secretarias andan haciendo su trabajo en camionetas de lujo.
Todo lo anterior, debería de cuestionar el pueblo sonorense y castigar estas malas prácticas que se siguen cometiendo en el estado, sino en el país entero; ya que, los 599 millones de pesos destinados al proceso electoral, son impuesto de todos los sonorense y por ello, se les debería dar un uso correcto. Por ejemplo, qué pensaran los padres de familia de Puerto Libertad que llevan más de 3 años esperando a que se construyan las aulas del prescolar, primaria y secundaria, para que sus hijos tomen clases en un lugar adecuado; la carretera 36 norte que va a Puerto Libertad, no avanza a su reconstrucción; en la comunidad pesquera del Sahuimaro sus habitantes hasta la fecha, viven sin energía eléctrica, ¿por qué no se invierten ahí unos cuantos pesos para mejorar sus condiciones de vida?, y así, podemos mencionar muchas más comunidades que ni siquiera cuentan con los servicios básicos.
Ante estas malas prácticas, los sonorenses debemos ser más críticos e inconformes; debemos exigir un cambio radical en la forma de gobernar el país, porque así, solamente se está incrementado la pobreza, la inseguridad, la desigualdad, los cuales ya se han vuelto una forma de vida. Mientras el pueblo no se organice en serio y cambie la clase en el poder, los gobernantes que está ahora y los que estaban antes, van a seguir utilizando a la clase trabajadora para perpetuarse en el poder. Así las cosas, en Sonora querida.