En Culiacán, cerca de las 10:00 p.m. del 10 de noviembre de 2010, seis mujeres fallecieron a causa de un incendio en la sucursal del Coppel en el que laboraban.
Recluirlas durante la noche para realizar el inventario era una práctica común. Al descubrir el fuego intentaron escapar, pero por políticas de la empresa, el único que tenía llaves del lugar era el gerente, quien ya se había ido. Asustadas, buscaron refugio en un baño. Ahí se despidieron por celular de sus familiares e hicieron las últimas llamadas de auxilio a las autoridades, las cuales demoraron horas en llegar. A los bomberos se les notificó tarde que había personas atrapadas y tuvieron problemas para romper las cortinas metálicas de seguridad. Finalmente, encontraron a las mujeres abrazadas y calcinadas.
Blanca Delgado, la madre de Claudia Janeth Bernal Delgado, una de las mujeres que murió ese día, dijo en una entrevista que Coppel continúa entregándole la indemnización acordada de $2,300 pesos, el salario quincenal que ganaba su hija, ingreso con el que mantenía a sus pequeños hijos. Sin embargo, a la fecha, no hay un solo condenado por la catástrofe.
Tomado de La Frontera 664