La batalla sindical que libran desde hace 15 años el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSSRM), que controla Napoleón Gómez Urrutia, y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minero-Metalúrgica (SNTIMM), dirigido por Javier Villarreal Gámez, cercano al representante de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Sonora, ahora tiene en jaque al sector de la construcción en esa entidad.
Uno de esos grupos sindicales, en su intención por tener más influencia en el estado, ha estado haciendo negociaciones para convencer a trabajadores de la planta de Cementos Mexicanos en Hermosillo, Sonora.
Al menos 250 empleados de la cementera elegirán a su representación sindical este jueves. Entre las opciones están permanecer como miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Cementera y sus Derivados, Similares y Conexos de la República Mexicana (SNTICDSMRM) o bien afiliarse al SNTIMM de Villarreal Gámez.
De acuerdo con denuncias de la gente de Urrutia, Esteban Ibarra Valenzuela, quien se define como secretario del Trabajo del organismo sindical, ha buscado incorporar a sus filas a trabajadores de otras actividades periféricas a la minería.
No obstante, los trabajadores de esas otras áreas del sector han denunciado amenazas de operadores sindicales del SNTIMM, quienes pretenden hacerlos desistir de su afiliación con ofertas laborales inverosímiles o con presiones y amenazas.
Villareal además ha sido protagonista de denuncias penales, bloqueos carreteros y una huelga de más de tres décadas en centros laborales de la entidad y protagonista de la férrea lucha contra Urrutia.
Esta pelea no es nueva, ya en agosto de 2020 el sindicato minero de Urrutia había intentado hacerse de posiciones dentro del sector cementero en Sonora. En esa ocasión el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Cemento se quedó con el triunfo sindical en la planta Holcim, en la entidad, que disputó contra el grupo de Urrutia