Washington. El presidente estadunidense, Joe Biden, condenó anoche el “ataque no provocado en injustificado” de Rusia a Ucrania, acusó que su par ruso, Vladimir Putin eligió “una guerra premeditada”, y prometió que habrá una respuesta de Estados Unidos y sus aliados. Horas antes, su administración descartó enviar tropas a la ex república soiviética en caso de una invasión.
“Rusia es la única responsable de la muerte y destrucción que traerá este ataque, y Estados Unidos y sus aliados responderán de forma unida y decisiva”, dijo en una declaración en su primera reacción al operativo militar ordenado por Putin en la región del Donbas, el este de Ucrania, país que no pertenece a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Después tuiteó: “Las oraciones del mundo están con el pueblo de Ucrania esta noche mientras sufre un ataque no provocado e injustificado por parte de las fuerzas militares rusas. El presidente Putin ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano”, y prometió seguir apoyando a Ucrania.
“Presidente Putin, en nombre de la humanidad, retire sus tropas a Rusia, en nombre de la humanidad, no permita que comience en Europa lo que podría ser la peor guerra desde el inicio del siglo”, clamó el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres en una sesión convocada anoche de urgencia y en la que se conoció que Putin había dado la orden del operativo militar en las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, en el este de Ucrania.
Guterres, cuya gestión comenzó en 2017, dijo que éste era el “momento más triste de mi mandato”. Minutos antes de que se diera a conocer la ofensiva, Guterres pidió: “presidente Putin, impida que sus tropas ataquen Ucrania, déle una oportunidad a la paz”.
En la misma reunión, la segunda organizada en tres días, la embajadora estadunidense en Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, realizó un pedido similar al mandatario ruso.
“¡Devuelva a sus tropas, sus tanques, sus aviones a Rusia!”, demandó entonces la diplomática. “Evite el abismo antes de que sea demasiado tarde”, agregó.
Ya con el operativo en marcha, Thomas-Greenfield aseveró que “esto es una emergencia grave; el Consejo necesitará actuar, y nosotros pondremos sobre la mesa una resolución mañana (este jueves)”.
El representante ruso Vasily Nebenzya informó de la operación militar e invocó, como lo hizo Putin en su anuncio, el artíuclo 51 de la Carta de la ONU, que permite la “autodefensa”, y dijo que el objetivo es “la junta en el poder en Kiev”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg exigió a la Federación Rusa “cesar de inmediato su acción militar y a respetar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, y señaló que “los aliados de la OTAN se reunirán para abordar las consecuencias de las acciones agresivas de Rusia (…) La OTAN hará todo en su poder para proteger y defender a los aliados”.
A las condenas se sumaron el gobierno británico y la Unión Europea.
Horas antes, la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki aclaró que “no vamos a estar en una guerra con Rusia o poner tropas militares en Ucrania para luchar contra Rusia”, mientras el vocero del Pentágono, John Kirby señaló que Washington no tiene planes para aumentar la presencia militar permanente en el flanco oriental de la OTAN, y explicó que “de lo que estamos hablando ahora es de redistribuciones (de tropas) temporales y a corto plazo”.
Previo a la invasión, el caniller de China, Hua Chuanying declaró que “sobre la cuestión de Ucrania, a diferencia de Estados Unidos, que sigue enviando armas a Ucrania, creando miedo y pánico y jugando incluso con la amenaza de una guerra, China ha estado pidiendo a todas las partes que respeten y presten atención a las preocupaciones legítimas de seguridad de los demás, que trabajan juntas para solucionar los problemas a través de negociaciones y consultas, y que mantengan la paz y la estabilidad regionales”.