Tiznado Noticias Blog Principal POR SUPUESTO QUE ME ENCANTARÍA SER PRESIDENTA: PATRICIA MERCADO HABLA DE 2024
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POR SUPUESTO QUE ME ENCANTARÍA SER PRESIDENTA: PATRICIA MERCADO HABLA DE 2024

EMEEQUIS.– Sentada en la terraza de una cafetería en la colonia Del Valle, pocos pensarían que la mujer solitaria que tiene enfrente una taza de café americano es una influyente legisladora y exaspirante presidencial. No tiene escolta a la vista ni un equipo de asistentes que le acompañe. Tampoco carga con una bolsa o joyas que cuestan lo que una casa. En cambio, tiene un teléfono de modelo no tan reciente que captura toda su atención. 
“Buenas tardes, vengo con la senadora”, me anuncio en la entrada del restaurante y la mesera abre los ojos con sorpresa. “¿A poco hay una senadora aquí?”, pregunta, y gira la cabeza hacia donde pongo la mirada: una señora de 64 años que pasa casi desapercibida entre las mesas con amigos que aprovechan el 1 de noviembre para conversar a media tarde. 
Patricia Mercado puede hacer eso porque es una rareza en la política. Es la cuarta mujer en la historia de México que buscó ser presidenta y también es la primera en ganar más de un millón de votos en su campaña de 2006. Fue la segunda al mando en el gobierno de la CDMX entre 2015 y 2018 y ahora es una poderosa senadora que bebe café sin que la miren fijamente o le tomen fotos a escondidas.
“¡Por supuesto que me encantaría ser presidenta!”, exclama cuando le pregunto si ha pensado en volver a ser candidata presidencial, ahora por Movimiento Ciudadano, el partido que la postuló para una curul en la Cámara Alta.
“Yo creo que podría formar un graaaaan equipo de gobierno socialdemócrata”, dice, entusiasmada y un poco ruborizada por el giro que ha tomado nuestra conversación.
Tras la revelación, la economista de Ciudad Obregón, Sonora, hace una pausa para elegir sus próximas palabras. No parece tener un discurso ensayado ante la eventual pregunta de si quiere ser la sucesora de Andrés Manuel López Obrador, pero tampoco da la impresión de que es la primera vez que piensa en el 2024 con ella como protagonista. 
“Finalmente, también hay contextos para los liderazgos. En el 2006 (cuando fui candidata presidencial por el extinto Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina) el contexto era que sí podíamos encontrar un millón de personas que votaran por una agenda progresista que incluyera la causa feminista, ambientalista, LGBT, de derechos… y demostrar que no teníamos que irnos a Suecia para encontrar ese millón, sino que estaban aquí en México. 
“En este momento, el contexto es otro. No me voy a ir por el ‘Sí por México’ del PRI, PAN y PRD, porque yo estoy en Movimiento Ciudadano y yo creo que una mujer feminista como yo no puede decir ‘no, yo no (quiero ser presidenta)’”. 
EL MOMENTO IDEAL PARA UNA MUJER
En la era del movimiento #MeToo, la marea verde, la lucha feminista y las concentraciones masivas para despenalizar el aborto en el mundo, Patricia Mercado cree que hay una coyuntura inigualable para que México tenga a su primera presidenta.
“Yo siempre digo que la primera presidenta de México ya anda entre nosotras, está en algún lugar, porque el liderazgo de las mujeres ya es bien visto, es querido y valorado por la ciudadanía. En ese sentido, ya llevamos muchos años en esto”, dice, mientras bebe a sorbos su café a unas cuadras del World Trade Center.
Ella es una cuádruple amenaza. Tiene experiencia en organizaciones sindicales; en una campaña presidencial de izquierda que quitó votos a Andrés Manuel López Obrador; en el Poder Ejecutivo de la capital mexicana –como secretaria del Trabajo y luego de Gobierno en la Ciudad de México– y ahora en el Poder Legislativo como senadora de la bancada naranja.
El momento parece inigualable: México tiene, por fin, un Congreso con casi el mismo número de legisladoras y legisladores, un gabinete paritario, la mayor cantidad –cinco– de gobernadoras en la historia del país y las encuestas ponen como una de las favoritas para ganar la Presidencia de la República a una mujer casi sexagenaria, la morenista Claudia Sheinbaum.
Además, los temas por lo que Patricia Mercado luchó en 2006, y que parecían no estar al margen de los intereses del electorado, están hoy al centro del debate y ganando terreno: despenalización del aborto, regularización de las drogas, matrimonio igualitario, derechos sexuales… 
En contra, Patricia Mercado no tiene la popularidad que otros aspirantes a ocupar Palacio Nacional… o Los Pinos. Su nombre aún no figura en las encuestas y su eventual candidatura aún debe atravesar por la contienda interna de Movimiento Ciudadano, que ha insistido en que irá solo y sin alianzas a las elecciones federales de 2024. 
Ganar esa nominación naranja no sería sencillo para la mujer que consolidó su activismo ayudando a obreras afectadas por el terremoto de 1985: a mediados de octubre, el coordinador nacional de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, anunció que sus perfiles presidenciables incluyen a tres hombres con poder político y grandes presupuestos, como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro; el nuevo gobernador de Nuevo León, Samuel García; el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio hijo… y Patricia Mercado como la única mujer.
“En este momento estoy en el Senado y no estoy construyendo una candidatura presidencial. Estoy construyendo mi trabajo legislativo, pero para el 2024 vamos a ver cómo está el panorama… veremos, veremos…”.
EL FUTURO DE PATRICIA
En la segunda recta de su trabajo como senadora, Patricia Mercado divide los temas que le interesan en dos grandes bloques: los tópicos progresistas que serán conquistas ganadas antes de que acabe el sexenio y los que hay que introducir desde ahora en la discusión nacional para que se vuelvan realidad años más tarde… como lo hizo durante su paso por los desaparecidos partidos políticos de México Posible y Alternativa Socialdemócrata y Campesina.
En el primer bloque están, por ejemplo, la despenalización del aborto a nivel nacional, un tema del que se volvió referente en la Cámara Alta, así como la legalización en las entidades federativas del matrimonio igualitario y la criminalización de las llamadas “terapias de conversión” para “corregir” la orientación sexual y expresión de género de personas LGBT.
En el segundo bloque, que ella llama “los derechos futuros”, está un sistema de seguridad social universal, la desaparición de cientos de programas sociales de corte clientelar para dar paso a una renta básica universal y hacer del seguro de desempleo un derecho constitucional, tanto para trabajadores formales como informales.
“Ahí está la gran lucha de los próximos años”, asegura la mujer que desde 2006 hizo rabiar a la Iglesia católica y sectores ultraconservadores “Durante los últimos 30 años dejamos los derechos laborales y el cumplimiento de la ley al libre mercado. Es insostenible ahora. 
“Lo que tenemos ahora es que el trabajo ya no produce igualdad de oportunidad ni de trato. Siguen siendo grandes las brechas salariales entre hombres y mujeres y las personas con discapacidad y trans están completamente excluidas… Tenemos un esquema laboral donde la mayoría de las personas no acceden a derechos y trabajar duro ya no implica salir de la pobreza. Eso debe cambiar”.
Más allá del 2024, Patricia Mercado tiene claros cuáles son sus batallas: más impuestos a grandes empresas beneficiadas con la pandemia como las enormes farmacéuticas o gigantes del comercio electrónico, como Amazon; una figura moderna que sustituya a los viejos sindicatos; un plan de movilidad que quite poder al vehículo particular; y hasta el cierre de cárceles para dar pasos a nuevos modelos de reinserción social como casas de medio camino para personas privadas de la libertad que estén por ser excarceladas.
También tiene en la mira iniciar la discusión de la eutanasia activa, el suicidio asistido y cómo obligar al Estado a retomar sus funciones de cuidados a personas vulnerables, como adultos mayores, en lugar de relegarlos a las mujeres.
“Lo que sí tengo claro es que el próximo gobierno de México tiene que ser progresista, socialdemócrata, que ponga al frente los derechos y las libertades de las personas y que sea moderno, que vaya con los nuevos tiempos”, dice, administrando el café que queda en su taza. 
Cuando terminamos de conversar, me da la misma impresión de cuando llegué a nuestra cita: sentada en la terraza de una cafetería en la colonia Del Valle, pocos pensarían que esa mujer de traje sastre y absorta en la pantalla de su teléfono tiene un plan e intenciones de gobernar a este país.
Acostumbrada a dar sorpresas, ¿es posible que Patricia Mercado pueda llevar todas esas ideas al quinto sexenio de México en el siglo 21?
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