Las niñas nacen de manera prematura y sus padres, de Navojoa, necesitan ayuda
HERMOSILLO, Sonora.- La vida de Mayra Lizeth García Romero y José Satow García cambió por completo el pasado 28 de junio, luego de convertirse en padres de tres hermosas niñas de un día a otro, siendo para ellos un milagro que los llena dicha, pero también de incertidumbre.
Primero me habían dicho que eran cuatitas, y al rato fui al (Hospital) San José y me dijeron que eran tres, ‘viene otra bolsita’, me dijo la doctora, y yo me puse muy nerviosa”, confesó la mamá con una sonrisa en su rostro.
“El 28 (de junio) me vine a Hermosillo a revisión, porque soy de Navojoa, y cuando me revisaron me dijeron que a una de las niñas le latía lento el corazón y me pasaron de urgencia a cesárea, sentí mucho miedo, pero gracias a Dios todo fue de volada”, contó ilusionada.
Dora, Anahí y Raquel, las pequeñas trillizas, nacieron prematuras, con 34 semanas de embarazo.
La primera bebe pesó un kilo 100 gramos, la segunda 900 gramos y la tercera poco más de 800, por lo que permanecen en el área de Terapia Intensiva del Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES).
Y aunque las niñas han permanecido estables en esta primera semana desde su nacimiento, para los padres la mayor ilusión es poder tenerlas con ellos lo más pronto posible y llevarlas a casa, donde las esperan todos sus familiares.
“Cuando vinieron a la consulta yo no venía con ellas, venía nomás mi suegra, pero le hicieron el tacto a mi esposa y se dieron cuenta de que traía 10 de dilatación y mejor la pasaron a urgencias”, relató Satow García.
“Nació primero Dorita, luego salió la Anahí y al final la Raquel, ahorita están estables, traen un poquito de infección en la ‘popó’, pero ahí van, gracias a Dios, atendidos por los mejores doctores de Sonora y con la bendición de Dios”, añadió orgulloso.
DUERMEN EN ALBERGUE
Mayra y José son conocidos en Navojoa como “Los pulsereros”, ya que se dedican a vender artesanías y pulseras hechas a mano, siendo ese su principal sustento.
En Hermosillo se están quedando en el Albergue del HIES, ya que no cuentan con el dinero suficiente para encontrar otro sitio y estar cerca de sus hijas, en las visitas diarias a las 11:00 y 17:00 horas.
Por lo anterior, pidieron a la ciudadanía apoyarlos, sobre todo con pañales, ropita de bebé y apoyo económico, para poder pagar el albergue.
Actualmente, relató el padre, se les dificulta mucho vender sus artesanías, al no poder salir libremente para estar pendiente de las visitas a las niñas.
“Necesitamos pañales, toallitas, ropita, y apoyo económico también, porque aquí nos cobran diario 40 pesos a cada uno, a mi esposa, a mí y a su mamá”, expuso.
“No sabemos cuánto vamos a estar aquí para que mis niñas estén bien, pero por eso pedimos el apoyo, y también vamos a seguir haciendo nuestras pulseras, lo que haga falta”, dijo.
Ambos padres de familia aseguraron sentirse sobre todo contentos y llenos de ilusión de ver a las niñas fuertes, activas y llenas de vida, por lo que saben que saldrán victoriosas de esta gran batalla.
Tomado de El Imparcial