Hace una semana el sindicato independiente, STAUS, decidió irse a huelga en la Universidad de Sonora. Y hasta el momento sus representantes y la misma asamblea, no han encontrado argumentos de negociación con la Máxima Casa de Estudios, como para levantarla.
La Universidad de Sonora tiene una población de 44 mil alumnos que no pueden asistir a clases y se supone que esa razón es suficiente para que la huelga no se prolongue demasiado.
Incluso se piensa que del anuncio de huelga a la fecha del estallido, que duró como un mes, se tuvo el tiempo suficiente como para llegar a acuerdos y haberla evitado, sobre todo por la buena disposición y reconocimiento que ha manifestado el gobierno de Alfonso Durazo, tanto para el sindicato como para las autoridades universitarias.
No obstante, cada vez que Durazo menciona al STAUS ha destacado la actitud democrática que este sindicato independiente ha asumido a lo largo de su historia.
Hace tiempo, a mediados de los 70's del siglo pasado, en la Universidad de Sonora se formó primero el STEUS, sindicato de trabajadores y empleados de la UniSon, y luego se formó el STAUS, sindicato de trabajadores académicos de la Universidad de Sonora, y los dos ahora son simbolos del sindicalismo independiente en la entidad, que se constituyeron en la década citada, cuando en el gobierno del estado, y del país, no eran bien vistos los sindicatos independientes. Eran los tiempos del autoritarismo.
Incluso la Ley 4 de la UniSon establecida en los 90's, mantuvo frenado y en control los avances de la lucha sindical tanto de los trabajadores y empleados como de los académicos, durante décadas. Más sin embargo, el hecho de tratarse de sindicatos independientes, dispuestos a la lucha, les permitió lograr avances significativos en comparación con los llamados sindicatos charros, cuyos logros siempre eran menores.
Y ahora, cuando Sonora cuenta con un gobernante que llegó al poder político arrolladora y democráticamente, y busca, en consecuencia, una transformación política, social y económica, basada en la justicia, el sindicato de maestros de la UniSon aprovechó la oportunidad para incluir en sus negociaciones una demanda añeja que tiene que ver con el derecho a la vivienda para los maestros, la cual – por sorpresiva- ha frenado la posibilidad de construir acuerdos. Pero lo raro del caso es que a esta demanda sindical nunca se le dio cauce en pasados conflictos. Otras demandas actuales en esta huelga son el 8 por ciento de aumento salarial, el 1 por ciento de retabulacion y otro 1 por ciento en rezonificacion.
Cabe mencionar que, desde el desarrollo del conflicto, es decir antes del estallamiento de huelga y después en el proceso para levantarla, Durazo ha manifestado su interés por ayudar en la negociación y se dé por terminada lo más pronto posible, pero la firmeza de la asamblea sindical en sus demandas han imposibilitado la negociación conciliatoria.
Y al respecto, el Gobernador ha dicho lo siguiente:
El gobierno del estado no está en condiciones de jauja como para responder a las demandas del STAUS, pues tendría que aportar 48 millones de pesos que requieren las autoridades universitarias, y, lo que hagamos por la Universidad de Sonora tendríamos que hacerlo, también, por otras instituciones académicas de educación superior. Y es ahí donde topamos con la imposibilidad presupuestal, subrayó el gobernante..
En ese sentido, conviene recordar que a pesar del intenso trabajo de gobierno que viene realizando Durazo desde que tomó las riendas del estado, con un sentido auténticamente democrático, de respeto y conciliación entre las partes, la realidad es que el anterior gobierno del PRI dejó las arcas gubernamentales en tremendo estado de quebranto, lo cual es un golpe a la sociedad que no debe pasarse por alto.
Las negociaciones sindicales, aunque son formas de presión a las autoridades y a los gobiernos, también son oportunidades para interpretar bien la realidad como parte de un todo y actuar en consecuencia. Y en este caso la realidad nos dice que un gobierno de la Cuarta Transformación es para provocar el avance de la Democracia con mucha responsabilidad y un rumbo definido para el bien de la justicia en Sonora.
La última huelga en la UniSon había sido en la época del gobernador panista, Guillermo Padres Elías, la cual se prolongó por dos meses, porque evidentemente no tenían en ese gobierno un compromiso genuino por resolverla, lo cual en este conflicto de huelga, de ninguna manera es el caso. Al contrario, seguramente esta huelga servirá para encontrar mejores derroteros en la solución equilibrada a las demandas presentes y futuras de los trabajadores. Eso es lo que haría bien la comunidad.