Jesús Ignacio Ozuna Torres, conocido como “El Chiquilín de la Patrulla Espiritual” y director del centro de rehabilitación “Casa Jired”, se encuentra en medio de una controversia debido a las acciones de algunos de sus colaboradores. Según reportes, estos habrían utilizado sirena y estrobos en sus vehículos para abrirse paso entre el tráfico, desobedeciendo las normas de tránsito, lo que podría considerarse una posible usurpación de funciones oficiales.
El Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, Juan Manuel Sánchez Rosales, está llevando a cabo las investigaciones pertinentes. Señaló que, de confirmarse que estas acciones incluyeron el traslado forzado de una persona, el caso podría agravarse y ser clasificado como privación ilegal de la libertad, con consecuencias legales más severas.
Aunque el incidente no implica directamente a Ozuna Torres, la situación ha generado un debate público sobre los límites y responsabilidades legales de las organizaciones no gubernamentales dedicadas a la rehabilitación. Las investigaciones siguen en curso para determinar si habrá sanciones para los responsables.
Diversos sectores han mostrado su apoyo a Jesús Ignacio, reconociendo su labor altruista al frente de Casa Jired y destacando que la presunta infracción fue cometida por sus colaboradores, no por él directamente. El caso pone de relieve la importancia de que estas iniciativas operen dentro del marco legal para evitar que hechos como este opaquen su labor social.