Esta es la historia de la maestra Rafaela Rodríguez Sanders, una heroína de la vida real que, en 1954, se lanzó a las aguas del Río Mayo en Sonora para salvar a sus alumnas, y nunca volvió a la orilla.
Originaria de Acaponeta, Nayarit, la maestra Rafaela era una figura querida en la escuela primaria de Echojoa. Un caluroso día de marzo, mientras disfrutaba con cinco de sus alumnas en la orilla del río, la arena cedió bajo los pies de las niñas, atrapándolas.
Sin un momento de vacilación, la profesora se lanzó al agua. Con un coraje inmenso, logró rescatar a dos de las pequeñas, mientras otras lograron salir solas. Pero en su esfuerzo por salvar a la última niña, Rafaela se ahogó.
Su valentía fue un acto de amor incondicional. El sacrificio de la maestra, que dejó a su propio hijo al cuidado de su madre para ir a trabajar a Sonora, se convirtió en una leyenda.
Hoy, su tumba y varias escuelas y calles en Sonora honran la memoria de esta mujer que enseñó la lección más importante de todas: que la verdadera heroicidad a menudo se esconde en los actos más silenciosos y desinteresados.
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