HERMOSILLO, Sonora.- Mientras la Fundación Tufesa celebra su compromiso con el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón (CRIT) de Hermosillo, con la entrega de peluches y la promesa de transporte gratuito, críticos sugieren que estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para limpiar el nombre de la empresa de transporte, Tufesa, la cual ha sido históricamente señalada por graves abusos y omisiones por parte de sus choferes y de la propia administración.
El comunicado de prensa de la fundación destaca la entrega de “Tufelince”, la mascota oficial, a los niños del CRIT para que sirva como “compañero de viaje” y brinde “seguridad, consuelo y compañía emocional” durante sus traslados. Asimismo, se refrenda el apoyo de transporte gratuito y seguro en Hermosillo, Tijuana y Mazatlán. Sin embargo, este enfoque en la movilidad segura y el acompañamiento emocional infantil contrasta fuertemente con las constantes denuncias y la reputación que arrastra la matriz, Tufesa, en el servicio que presta a miles de usuarios diariamente.
La sombra de las denuncias contra Tufesa
La empresa de autobuses Tufesa ha enfrentado a lo largo de los años múltiples señalamientos que van desde:
Abusos de conductores: Existen reportes públicos y en redes sociales sobre la mala conducta, tratos prepotentes, y presuntas faltas de respeto de los choferes hacia los pasajeros.
Omisiones en el servicio: Las quejas recurrentes incluyen retrasos significativos, cancelaciones de última hora sin aviso y la falta de respuesta efectiva por parte del servicio al cliente ante problemas logísticos.
Condiciones cuestionables: Usuarios han criticado las condiciones de higiene y mantenimiento de algunas unidades, poniendo en duda el estándar de “seguridad” que la fundación ahora promueve.
Expertos en imagen corporativa y responsabilidad social han advertido que, a menudo, las fundaciones empresariales se convierten en un escudo mediático para desviar la atención de las fallas operativas o éticas de la compañía principal. Al asociar la marca Tufesa con causas sensibles como la rehabilitación infantil y el apoyo a niños con discapacidad, la empresa busca generar una “burbuja de buena voluntad” que suavice el impacto de las quejas y señalamientos directos a su servicio de transporte.
Caridad vs. compromiso ético
Mientras que las donaciones y el apoyo logístico al CRIT son, sin duda, un beneficio directo para las familias que lo necesitan, la pregunta subyacente que surge es: ¿Puede un acto de caridad compensar la falta de un servicio ético y de calidad en su operación central?
La estrategia de la Fundación Tufesa, al enfocarse en la “movilidad segura y gratuita” para el CRIT, parece ser un intento directo de contrarrestar la narrativa de inseguridad e ineficiencia que rodea a sus autobuses. Para muchos, un verdadero “compromiso integral” comenzaría por mejorar las condiciones laborales de sus choferes y garantizar la seguridad y el respeto a todos sus pasajeros, antes de intentar proyectar una imagen inmaculada a través de un programa de responsabilidad social.


