El acuerdo entre Estados Unidos y México es un intentó por mitigar los efectos de las sequías.
Oswaldo Rojas
Estados Unidos y México han firmado un acuerdo clave para evitar la escasez de agua en los estados del sur de Estados Unidos, que implicará entregas más regulares de agua fluvial mexicana.
El convenio, anunciado el sábado, se alcanzó tras 18 meses de negociaciones y se da en el contexto de una creciente crisis hídrica en ambos lados del Río Grande, de acuerdo con la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) de ambos países.
El acuerdo busca mitigar la falta de agua en una región donde el impacto de la sequía es severo. Estados Unidos mantiene consultas con México para asegurar que el suministro de agua fluvial ocurra de manera más inmediata durante la temporada de lluvias en curso.
Maria-Elena Giner, representante estadounidense de la CILA, explicó que la gestión de los recursos hídricos en los últimos 30 años ha dejado claro que el statu quo actual es insostenible y requiere un cambio inmediato.
El tratado entre México y Estados Unidos, vigente desde 1944, establece que México debe entregar a su vecino del norte 431.7 millones de metros cúbicos de agua del Río Grande en ciclos de cinco años. A cambio, Estados Unidos debe proporcionar agua proveniente del río Colorado.
Sin embargo, el cumplimiento de estos compromisos ha generado tensiones históricas, en parte por retrasos en las entregas de agua mexicana y las preocupaciones de agricultores en México que temen el impacto de la sequía en sus cultivos.
Este nuevo acuerdo busca proporcionar “herramientas y flexibilidad” a México para adelantar las entregas de agua dentro del ciclo de cinco años cuando sea necesario. Esto podría prevenir o reducir la escasez de agua, algo fundamental para las comunidades dependientes del Río Grande, cuya cuenca enfrenta desafíos cada vez más graves debido al cambio climático.
Escasez de agua en Estados Unidos
La problemática de la escasez de agua en Estados Unidos no es exclusiva de la frontera con México. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), el 2023 registró condiciones de sequía extrema o excepcional en diversas áreas del país, particularmente en estados del oeste como California, Nevada y Arizona.
La dependencia del río Colorado y otros afluentes cruciales para el suministro hídrico ha puesto de relieve la necesidad de políticas hídricas más sostenibles.
El río Colorado, del que dependen cerca de 40 millones de personas en siete estados estadnidenses, además de partes de México, ha experimentado una reducción significativa de su caudal en los últimos años. Esto se debe, en gran parte, al aumento de las temperaturas y al uso excesivo de sus recursos.
Las medidas tomadas en el nuevo acuerdo podrían representar un alivio temporal, pero también subrayan la urgencia de encontrar soluciones a largo plazo para gestionar los recursos hídricos en todo el suroeste de Estados Unidos.
Organizaciones ambientales han señalado que, si bien acuerdos como este pueden ser útiles, deben acompañarse de políticas más amplias enfocadas en la conservación del agua, mejoras en la infraestructura y una mayor cooperación internacional.
El presidente de la CILA en México, Humberto Marengo, enfatizó la importancia de la colaboración entre ambos países en la búsqueda de soluciones para un problema que afecta directamente la seguridad hídrica de millones de personas en la región fronteriza.
Este reciente acuerdo entre Estados Unidos y México representa un paso importante para manejar la crisis del agua, aunque muchos expertos consideran que la implementación y el seguimiento efectivo serán determinantes para evaluar su verdadero impacto en la escasez de agua a largo plazo.
Con información de AFP.