De marzo de 2019 a febrero de 2020, 235 habitantes de Hermosillo, Sonora, impugnaron infracciones de tránsito ante la Dirección de Jueces Calificadores del municipio, porque estaban seguros de que no cometieron las faltas viales que les atribuían en las boletas de las multas.
Aunque estaban a su nombre, las boletas de infracción presentaban información incorrecta del vehículo o ubicaban la comisión de la supuesta falta vial en lugares por donde los conductores nunca habían circulado en la fecha y hora referidas en la infracción, entre otras irregularidades.
En 120 casos la multa se revocó dándole la razón al ciudadano.
“Multas fantasma” en Hermosillo, un sistema de recaudación al margen de la ley, es una investigación de la periodista Gabriela Medina. Este reportaje forma parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.
Durante su investigación, Medina pudo hablar con Jesús Alonso Durón Montaño, director de Tránsito de Hermosillo, quien reconoció que las “multas fantasma” son un problema real. Sin embargo, el funcionario aseguró que han disminuido gracias a una mayor supervisión en el llenado de las boletas de infracción.
Los expertos aseguran que las “multas fantasma” son un acto ilícito y un abuso de autoridad. Sin embargo, ningún oficial de tránsito ha sido sancionado con prisión, inhabilitación o destitución por inventar multas a los habitantes de la ciudad.
“Al ciudadano se le atrapa en una trampa legal y de ilegalidades por la actuación de un servidor público que deshonestamente realiza un acto jurídico que no existió, es decir, levanta una multa sin que se haya dado el supuesto de Ley para imponerla y al ciudadano no le queda otra que ir y a negociar”, dice Darbé López Mendívil, vicepresidente de la Barra Sonorense de Abogados.