A meses de terminar la administración del gobierno priista que encabeza Claudia Pavlovich en Sonora, no se ha materializado su frase insignia, ¡OTRO SONORA YA!, —y no creo que haga el cambio en los escasos meses que le quedan de su administración— con el que pretendía dar un cambio radical de como venían gobernando el partido anterior encabezado por Guillermo Padrés Elías. En los pocos más de cinco años que lleva gobernando Sonora, no se ha visto un cambio verdadero en la vida de los sonorenses, en educación, economía, salud, transporte, empleo y demás. Eso sí: hay más pobreza.
Veamos algunos casos donde el gobierno de Claudia Pavlovich no le ha puesto atención. El transporte público en Hermosillo, es un servicio muy ineficiente y costoso para los hermosillenses. Se han hecho cambio en algunas unidades, pero en la mayoría sigue igual, y a esto se le agrega las pocas unidades que hay, ocasionando que en algunas partes le gente tenga que esperar el camión hasta una hora, ya es para que hubiera por lo menos dos o tres líneas de transporte para que hubiera competencia y así se ofreciera un mejor servicio, ya que cuando el gobierno incumple los compromisos con los concesionarios, éstos se van a huelga y la ciudad se queda inmóvil afectando a la mayoría de los ciudadanos que son los que utilizan el servicio. A este punto le sumo la cancelación de la concesión de los transportistas de que venían prestando un servicio bueno y eficiente de Miguel Alemán a Hermosillo, y que lejos de dar soluciones y alternativas, el gobierno mandó su cuerpo represor con armas y todo. Ya no se volvió a tocar el tema y los habitantes de la 12, siguen sufriendo los estragos del mal servicio de los camiones de la costa de Hermosillo.
En cuestión de pavimento, tampoco se ve un cambio verdadero, y ahí está la carretera 36, que va de carretera a Kino a Puerto Libertad, llena de baches que han ocasionado accidentes y hasta muertes de los que transitan por ahí, que en su mayoría son de Puerto Libertad, ante la actitud indiferente del estado; el mismo pueblo se ha tenido que organizar para botear, hacer coperacha para ir tapando los baches más peligrosos. Igual está pendiente la terminación de tres kilómetros del camino al Choyudo, que se ha venido insistiendo por parte de los habitantes pero los resultados han sido nulos. En el tema educativo, las cosas tampoco pintan bien, hay escuelas en total abandono, como es el caso de la secundaria Humberto Gutiérrez, el año pasado se comprometió el Gobierno a construir las aulas, y sólo llevaron un aula móvil más, —otro engaño del gobierno estatal—, y el retraso en el pago de los maestro del telebachillerato de la misma colonia: mes con mes es una terrible incertidumbre, ya que han llegado a retrasarse hasta un mes en su pago, —¿se imagina trabajar un mes sin salario?, es un abuso más-. Y así, la lista sigue y sigue.
Los datos son duros, pero ciertos. El gobierno priista de Pavlovich, está dejando muchas deudas a los sonorenses. Cada uno otorgó su voto con la esperanza de ver un gobierno diferente a los panistas, pero no fue así, solamente estamos viendo más de lo mismo, y los sonorenses nos quedamos, una vez más esperando el cambio verdadero, y ahí están a la vuelta de la esquina los comicios electorales. Que no nos engañen más y que no se nos olvide que nunca hubo el famoso ¡OTRO SONORA YA!