Habitantes de Cananea y Bacoachi, poblaciones ubicadas en el norte de Sonora, cerca de la frontera con Arizona, reclaman el acceso a agua que es vital para sus vidas y las actividades económicas en sus comunidades, que se encuentran en crisis por el desabasto y la sequía, en una región donde se encuentra la mina Buenavista del Cobre, de Grupo México, que hace 10 años causó el derrame de tóxicos en el río Sonora, considerado el desastre ambiental más grave en la historia de México.
Los pobladores reclaman acceso al agua no solo para consumo humano pero también para poder seguir desarrollando la agricultura y ganadería, actividades vitales para las comunidades, como explicaron a la corresponsal de Conecta Arizona en Sonora, Judith León, quien describió la situación en el programa de radio La Hora del Cafecito, entrevistada por Maritza L. Félix.
Se cumplieron 10 años del derrame tóxico en el río Sonora y cómo ha cambiado esa parte del norte del país debido a la contaminación y del poco seguimiento y la corta memoria que hemos tenido en este tiempo, donde a pesar de las muchas promesas y de los intentos fallidos de restaurar la vegetación, los trabajos, la forma de vida en esos lugares, hay personas que siguen haciendo plantones exigiendo que se le devuelva a ese sector de México la libertad, la belleza, la salud que tenía hace más de una década. El abastecimiento del agua, la sequía en Sonora, la calidad del agua son protagonistas de próximos reportajes especiales que vamos a tener en Conecta Arizona, desde el lunes 26 de agosto. ¿Cuál es la situación que se está viviendo al norte de Sonora y qué están exigiendo las personas que siguen manifestándose?
“Así es. Como anticipaste, Conecta Arizona visitó algunas poblaciones de Sonora que están ubicadas en la Sierra Madre Occidental, específicamente Cananea y Bacoachi. Cananea está a 33.55 millas de Naco, Arizona, que es por donde se ingresa a esta esta región de Sonora. Es el lugar donde está la mina Buenavista del Cobre, de Grupo México. Bacoachi es una población cercana que está a 37 millas de la frontera de este mismo punto. Actualmente, desde hace alrededor de cuatro meses, existe el problema de desabasto de agua para uso humano, para actividades como agricultura y ganadería en pequeño, debido al arrastre -así le llama esta gente- de los pozos, que es cuando no hay agua suficiente para extraerla, a veces ni con cubetas. Esta situación ha provocado pues que no se puedan regar las siembras, que se tenga que limitar la alimentación al ganado y de los caballos con los que se trabaja también en la tierra, y al mismo tiempo pues se dificultan las actividades domésticas y de la higiene personal, el comercio y de otros servicios de la región. Y de todo esto la población, la gente que está organizada, señala como responsable a Grupo México. Recordemos que el Grupo México ya ha provocado hace una década el desastre ambiental más grande en la historia de México, al derramar sulfato de cobre acidulado y otros metales pesados en los ríos Bacanuchi y Sonora, de los que viven prácticamente entre siete y otros ocho municipios; hace 10 años afectó a más de 22,000 personas. En esta ocasión, con las personas que platicamos, están instaladas en un paro a un lado de la carretera 89, a 10 millas de Cananea. Este lugar está identificado como Cañón de Evans, donde se reúnen diariamente en turnos de 12 horas para evitar el paso de pipas que vayan de Bacoachi a la empresa minera, el agua que estuvieron transportando lo estaban haciendo para uso industrial y minero. Al respecto, Grupo México emitió un comunicado en el que señala que solo consume 1% del agua en todo el país y que 80% del agua la recircula, pero pues la gente de aquí no está de acuerdo con esas cifras”.
¿Y cómo le están haciendo? Porque uno puede vivir con la carencia de todo, menos de agua, ¿no?
“Así es, las personas expresan que ‘el agua es vida y no nos la da ni un gobierno, no nos la da la mina’. Entonces, aparte del desabasto que hay, pues está el problema de la sequía. La gente que puede la transporta de un municipio a otro, de un lugar donde el pozo todavía les haya permitido sacar agua, sobre todo para alimentar a los animales; las siembras no se les están dando y pues sienten incertidumbre, tristeza y desesperanza por eso, porque el agua es vida. Hay quienes señalan que en este momento no tienen opciones, las tierras no han producido, tampoco pueden vender los animales, porque el ganado flaco nadie lo compra”.
Judith, nuestra corresponsal en Sonora, va a tener a partir del próximo lunes una serie de reportajes especiales en donde van a poder entender más la situación, cuál es el contexto y por qué debemos de preocuparnos, porque estos ríos los compartimos entre Sonora y Arizona y es importante llevar los reflectores a estos lugares que literalmente se están secando. ¿Dónde te pueden encontrar?
“Me pueden localizar en las redes sociales de Conecta Arizona y en mis redes personales como Judith León de Facebook y @JudithTeresitaL en X”.
Algunos testimonios de pobladores son los siguientes:
“El problema que tenemos con el movimiento aquí en lo que es el acuífero Río Bacoachi es que Grupo México ha estado extrayendo agua en grandes cantidades: nuestro calculo es 63,320 metros cúbicos por día. Es una cantidad realmente excesiva, pero esa cantidad de agua está afectando a las poblaciones de Bacoachi, Chinapa y Buenavista” (Fernando Ramírez).
“Anteriormente Grupo México se abastecía de la cuenca del río San Pedro, que está acá en Cananea y que va a Palominas, Arizona. Es un problema: es una cuenca binacional pero, sin embargo, ya ha sido agotada, entonces no hay opciones de que Grupo México capte agua de otras áreas. La única opción ahora es la cuenca de río Bacoachi” (Micaela Vera).
“Ahora, con el problema de la mina, no tenemos ni una gota de agua arriba en la sección. Hace cuatro, cinco meses de este problema. Nunca había faltado el agua aquí para regar, solamente ahora falta. Estamos parados todos ahorita, pues no tenemos agua” (Francisco Bejar).
“A mí se me esponja el corazón, por ejemplo, de ver a mis hermanos que están sembrando y que se les seca y ya están otra vez de tercos, pobrecitos, volviendo a resembrar. Y de escuchar los comentarios de ‘no sé qué vamos a hacer con el ganado, no hay agua, no hay pasto, tampoco hay agua para sembrar” (Camelia Bejar).
“Todos los que somos originarios de esta ciudad y que en algún tiempo fuimos parte del sindicato minero, hasta el cuarto grado consanguíneo, no podemos entrar a la mina. En Cananea, tenemos derecho a la contaminación, a la discriminación laboral, a una mala calidad de vida, mas sin embargo los que somos originarios de Cananea no tenemos derecho a tener acceso a la riqueza” (Omar Lugo).
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