23 noviembre, 2024
Nacional

Con 110 años, don Maurilio es el pensionado más longevo del Seguro Social mexicano

Con 110 años, el señor Maurilio Rodríguez Ocampo es el ex empleado más longevo en la historia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de los cuales más de 20 de ellos trabajó en la institución que actualmente recuerda con nostalgia y agradecimiento y de la cual recibe una pensión por edad avanzada. 
Don Maurilio, nacido en el año 1911, empezó su trayectoria institucional como jardinero en el Centro Vacacional IMSS-Oaxtepec en 1965, a tan solo un año de su apertura. Posteriormente trabajó en el área de limpieza en el Estado Olímpico y siguó en control de plagas. 
El originario de San Pedro Chichila, en Taxco, Guerrero, vivió desde niño en Yautepec, Morelos, municipio al que se trasladaron sus padres por ser trabajadores del campo y además vendían carbón.
TRABAJO PARA ÉL Y SU FAMILIA
El señor Rodríguez relató que su infancia fue difícil porque transcurrió al mismo tiempo que la Revolución Mexicana y como no tuvo preparación educativa, sus primeros trabajos fueron en la siembra de algodón, maíz, papa y frijol. 
Tras ingresar al IMSS mediante un convenio, don Maurilio se desempeñó como un trabajador eventual y posteriormente fue contratado para labores de jardinería. También brindó apoyo a otras instalaciones del Seguro Social. 
Después de muchos años, Rodríguez regresó a las instalaciones del Centro Vacacional IMSS-Oaxtepec donde laboró por más de dos décadas y lo hizo acompañado de su hija, la señora María Magdalena Rodríguez, de 72 años, también ex trabajadora y jubilada del Seguro Social.
Asimismo, mencionó que otro de sus hijos laboró en el Instituto y también dos de sus nietos, en el hospital del IMSS en Cuautla, en el área de Conservación.
Siento muy bonito porque tienen un trabajo seguro. A mí me dio mucha experiencia en todo lo que me enseñó y aprendí del Seguro Social”.
A las nuevas generaciones de trabajadoras y trabajadores les recomienda cuidarse entre todos, tener confianza, ejercer principios de honradez y nunca hacer menos a una compañera o compañero, “es como la herencia que se deja a un hijo”.