26 noviembre, 2024
Nacional

CFE y la cuestionada viabilidad de su planta solar en predio donado por Vidanta

Cuando aún era candidato electo al gobierno de Sonora, Alfonso Durazo anunció la donación de un terreno en Puerto Peñasco para la construcción de un mega parque solar. Era julio de 2021 y el político morenista ya definía al proyecto como el único en su tipo anunciado hasta ahora por la estatal CFE. En ese momento, la declaración no causó ruido, pero en los últimos días la cesión del predio ha encendido las alarmas sobre el proyecto, que analistas consultados por Expansión calificaron como “poco viable” y “sin una proyección de costos realista que justifique su construcción”.
El terreno de 2,000 hectáreas fue donado por el empresario Daniel Chávez, fundador de Grupo Vidanta y asesor honorario del proyecto de construcción del Tren Maya, quien recientemente se ha visto envuelto en una polémica luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijera que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, trabaja en una empresa creada por los hijos de Chávez.
El empresario ha sido uno de los hombres de negocios cercanos a López Obrador desde el inicio de su mandato. El 15 de noviembre de 2018, un año antes de que tomara posesión, el presidente lo anunció como parte de los miembros de su Consejo Asesor Empresarial, en el que también se encuentran directivos como Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea y Olegario Vázquez Aldir. Más adelante, en junio de 2020, fue designado como “supervisor honorífico” en las obras del Tren Maya, una función por la que no percibe ningún ingreso, a decir del presidente López Obrador.
El gigante hotelero tiene en Puerto Peñasco, Sonora, uno de sus mayores bastiones fuera de Puerto Vallarta y la Riviera Maya, y el mega parque solar de la CFE colindará con esta propiedad, de acuerdo con la información de Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto.
Un proyecto con huecos en su viabilidad técnica
Aunque en 2018 ya había planes para mejorar el suministro de energía a la península, pero en los primeros meses de 2019, la administración federal canceló la licitación de una línea de transmisión de 1,400 kilómetros que buscaba interconectar la península con el resto del país y tampoco continuó con otro proyecto para la construcción de una línea de transmisión submarina que cruzaría por el Mar de Cortés.
En su lugar, la CFE anunció a finales de 2021, la construcción de un mega parque solar en Puerto Peñasco, Sonora, una región a la que no le hace falta generación eléctrica. Analistas consultados por Expansión coinciden en que lo que menos se necesita en esa región son nuevas plantas generadoras de electricidad. En Sonora, ya hay nueve centrales solares y alrededor de 20 más de otras tecnologías.
La inversión, explican, podría tener más sentido si fuera destinada al desarrollo de infraestructura de transmisión que permita exportar la electricidad que ya producen algunos otros parques solares y proyectos, construidos bajo la modalidad de Productores Independientes de Energía, principalmente de ciclo combinado.
El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), el operador del mercado eléctrico, ya ha dejado de dar permisos de interconexión para nuevas centrales en la zona noroeste –de la cual forma parte Sonora– y en algunos documentos oficiales, la Secretaría de Energía califica a la región como una de alta saturación.
El operador del mercado eléctrico, dicen los analistas, también redujo la producción de algunas centrales de la zona porque la energía que ahí se produce ya cubre la demanda doméstica y la infraestructura de transmisión está saturada, lo que impide la exportación de la electricidad producida en la región a otros sitios del país que requieren de un servicio menor costo, como la zona industrial del Bajío.
“Es una zona que ya no aguanta más generación porque tiene un problema de transmisión”, dice Casiopea Ramíez, una analista del sector y managing partner de la consultora Fresh Energy Consulting. “Lo más viable sería invertir en transmisión para que esas plantas que ya están instaladas en Sonora, esas inversiones que ya se hicieron, pudieran exportar energía muy barata al resto del país”, añade.
Otro aspecto que enciende las alarmas, dicen los analistas, es que el plan bajo el cual se justifica la construcción de la central solar plantea una inversión por 1,664 millones de dólares, a través de dos líneas de crédito a un periodo de repago de 14 años. Los analistas destacan que es una inversión por encima del resto de la industria, de 1.6 dólares por watt. En las subastas de largo plazo del sexenio pasado, los costos ofertados eran de alrededor de 1 dólar por watt.
Por otro lado, el retorno de inversión en 14 años también se antoja complejo, coinciden. La rentabilidad del parque se dará a partir de la diferencia de ingresos en la venta de energía y potencia, menos los costos de operación y mantenimiento del activo. Pero la central no cuenta con ningún contrato de largo plazo, que le garantice la compra y utilización del activo, con lo que no puede asegurar un ingreso constante por la venta de energía y de potencia.
“Tendrán que recurrir al mercado de corto plazo –también conocido como mercado spot– y corren el riesgo de que el precio sea menor al que ellos están esperando vender la electricidad. Sí es un riesgo además porque la energía solar va a crecer y porque además todas las solares producen a la misma hora”, dice Eleazar Castro, un analista del sector.
La central de la estatal, de acuerdo con la forma en que opera actualmente el mercado, no podría vender electricidad a CFE Suministro Básico, sino que tendría que recurrir a contratos bilaterales con privados o a la venta en el mercado de corto plazo. Históricamente, dicen los analistas, los precios de esa región están por debajo del que se ofrecen en otras partes del país, debido a la alta oferta y a la alta congestión del sistema de transmisión que dificulta su transporte.
“Los precios marginales locales, los precios spot, son los más bajos de todo el país durante todo el año justo por un exceso de generación y alta congestión, porque no hay capacidad de transmisión para mandar esa generación a otras partes del país”, explica Ramírez Melgar.
El análisis financiero de la central también contempla un ingreso por venta de potencia de 4,275 pesos el kilowatt al año, pero en los últimos años este costo nunca se ha registrado en el mercado de balance de potencia y el supuesto de la CFE podría ser demasiado optimista.
“No solo están asumiendo un precio mayor que les van a pagar por la potencia, sino que también están asumiendo que van a entregar mucho más producto del que realmente van a entregar”, dice Castro. “Están esperando a acreditar el 95% de la capacidad de la planta como venta de potencia, cuando puede ser que solo entreguen un 20%. Uno de los efectos que sabemos que va a suceder en el mercado de potencia es que, como la energía solar es la que más estará entrando, habrá más generación disponible a las horas de producción solar y eso no cubrirá las horas críticas”.
Vidanta y la demanda eléctrica del sector hotelero
Hasta ahora no existen declaraciones que permitan presumir de una relación entre el proyecto de la estatal y el grupo hotelero. Pero la compra de energía en las cadenas hoteleras ha sido uno de los puntos más críticos de los últimos años.
Grupo Vidanta tiene presencia en Puerto Peñasco desde 2003, cuando abrió el resort Mayan Palace, una de las ocho marcas en el portafolio de la compañía. En 2015 en el mismo predio se construyó The Grand Mayan, un complejo de 60 suites de lujo conformando Vidanta Puerto Peñasco, un complejo de 12,000 hectáreas que en su interior además cuenta con restaurantes, spa, tiendas y un campo de golf.
En 2016, la aerolínea regional TAR anunció la apertura de tres rutas desde Tijuana, Ciudad Juárez y Hermosillo hacia el Aeropuerto Internacional Mar de Cortés, que la compañía arrancó en 2009. Un año después, este complejo formó parte de los resorts reconocidos por el entonces secretario de turismo, Enrique de la Madrid, y de medio ambiente y recursos naturales, Rafael Pacchiano, “por su visión protectora al medio ambiente”.
El terreno donado por el empresario para la construcción del proyecto solar colinda con el complejo de Vidanta de Puerto Peñasco, y está cercano al Mayan Palace y al aeropuerto.
Julián Fernández, jefe de análisis de Grupo Bursamétrica, explica que los costos energéticos representan de 4% a 7% de los costos de hoteles urbanos en mercados como la Ciudad de México. Sin embargo, este índice puede escalar hasta 20% en complejos como un resort, e incluso superar el 25% en complejos con un fuerte componente de entretenimiento. “Incluso algunos superan esto en lugares muy turísticos como Cancún, por un tema de que tienen muchos shows o espectáculos. Tal es el caso de complejos de cadenas como Xcaret o RIU”, dice.
Para mitigar estos costos, algunas empresas han volteado a otra alternativa: generar su propia energía a través de las centrales de autoabasto, cuyo futuro no queda claro con la iniciativa de reforma que contempla su cancelación.
El año pasado el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) solicitó 238 millones de pesos para los estudios de prefactibilidad de 10 parques fotovoltaicos que alimentarán a varias zonas de influencia, entre éstas las del Tren Maya.
Aunque en el sector hotelero no se ha visto una solución a gran escala, los empresarios consideran que hay un amplio potencial. Luis Barrios, CEO de Hoteles City Express y ex presidente de la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras, ha estimado ahorros en costos energéticos de doble dígito mediante energías renovables. “Si tuviéramos energía limpia a precios actuales, tendríamos prácticamente un 30% de ahorro en el costo por kilowatt/hora”, dijo el directivo en una entrevista con Expansión en abril de 2021. “De los costos más importantes que tiene la hotelería, definitivamente uno es el de la energía”.
El complejo hotelero de Puerto Peñasco tendrá un megaparque solar al lado. El compromiso que hizo el gobernador Durazo es terminarlo antes del 31 de diciembre de 2023.