Es poco conocido que en junio de 1989, la entonces primera ministro de Pakistán, Benazir Bhutto advirtió al presidente George Bush, padre, del serio peligro que representaba el creciente número de grupos islámicos radicales procedentes de Afganistán que actuaban en Pakistán.
Durante una visita oficial que hizo a Washington, le dijo:
“señor Presidente me temo que hayamos creado un monstruo de Frankestein que pueda atormentarnos en el futuro” (1)
¿A qué “monstruo” se refería Bhutto?
A los grupos guerrilleros de diversos países que se formaron para combatir a las tropas soviéticas que invadieron Afganistán en 1979.
Las tropas soviéticas invadieron el país con el fin de apoyar al gobierno socialista que se encontraba en el poder que enfrentaba la resistencia armada de los Muyahadín.
La guerra civil, agudizada por la invasión militar soviética, hizo que millones de afganos huyeran hacia Pakistán. Entre los refugiados se formaron grupos radicales islámicos con apoyo de los servicios de inteligencia de Pakistán que asignaba los recursos económicos que recibían para los campos de refugiados existentes.
Gobernaba en Pakistán el general Zia Ul Haq quien en 1977 dio un golpe de estado militar que derrocó al primer ministro, Zulfikar Ali Bhutto, elegido democráticamente. Dos años después, la dictadura ejecutó a Alí Bhutto, al final de un juicio flagrantemente amañado.
Como señalamos en otro artículo (2), el golpe militar contó con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.
Durante su gobierno, Ul Haq mantuvo una estrecha colaboración con el partido político religioso (islámico), Jamat-e-Islami, que formaba parte importante de su base política.
De acuerdo a Benazir Bhutto, “cuando las fuerzas soviéticas invadieron Afganistán, el general Zia buscó la ayuda de Jamat-e-Islami (IJI) y, por su mediación, la de la Hermandad Musulmana. Introdujo las obras de Maulana Maudoodi (líder religioso del partido, ndr) en el currículum militar, purgó al ejército y los centros de enseñanza de elementos moderados. Muy pronto, el IJI nadaba en dinero, destinado a establecer cuarteles generales, instalar gabinetes estratégicos y asesorar al régimen sobre el empleo de fondos para la creación de escuelas extremistas a las que se atraería a los niños de los campos de refugiados con el señuelo de la educación… El dinero iba a las madrazas (escuelas) que, so pretexto de educar y alimentar a los huérfanos de los campos de refugiados, practicaban el proselitismo predicando el odio y el terrorismo”. (3)
Y agregó que la CIA, y otros, aportaban fondos que “eran desviados al cuartel general de ISI (Inter Services Intelligence. Principal servicio de inteligencia de Pakistán,ndr). Zia insistió en que el uso de esos fondos aportados por la CIA y otras organizaciones fueran confiados a su régimen militar, el cuál lo distribuiría entre los muyahidín. Estados Unidos le complació. Ello permitió al régimen militar pakistaní favorecer al grupo más fundamentalista y sanguinario, al que ungió, entrenó, financió y armó. [Lo que] tuvo el efecto de privar a la CIA de hombres de criterio independiente”. (4)
A ese “monstruo”, que conoció de muy de cerca, era al que se refería Benazir Bhutto cuando advirtió a George Bush, padre, del peligro que se gestaba.
Benazir Bhutto lo conoció de cerca porque fue Osama Bin Laden y Al Qaeda, los que atentaron contra su vida en varias ocasiones. En 2007, lograron asesinarla con un ataque suicida con explosivos, combinado con varios disparos en su contra mientras realizaba un acto electoral.(5)
En su autobiografía, Benazir afirma que escuchó por primera vez el nombre de Bin Laden el año de 1989 “cuando financió un intento de derrocar mi gobierno mediante una moción de censura”.
Agrega que después de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, en febrero de 1989, Bin Laden regresó a Arabia Saudita, “pero en mayo…fue llamado a Pakistán. El ISI pidió a Bin Laden (con el que hacía tiempo mantenía estrechas relaciones) que ayudara a derrocar al gobierno democrático de Pakistán e instalar un régimen teocrático en su lugar. Bin Laden aportó la robusta suma de diez millones de dólares al plan de la moción de censura para comprar a los parlamentarios que me prestaban su apoyo”. (6) La maniobra fracasó.
La primera ministra acudió de inmediato a la embajada de Estados Unidos “y llamé personalmente al presidente George Bush. Le dije que los militares partidarios de la acción agresiva que habían apoyado a los muyahidín trataban de derrocar mi gobierno con la ayuda de extremistas y que a Pakistán entraban fuertes sumas de dinero. Le dijo que el rey Fahd (de Arabia Saudita, ndr) había identificado a un hombre de negocios saudí llamado Osama Bin Laden”, como uno de los que actuaron. (7)
Todo indica que a pesar de las fundamentadas denuncias hechas por Benazir Bhutto, Bush no detuvo la colaboración de la CIA con los radicales islámicos como Bin Laden, como pudo hacerlo ya que contaba con el poder legal como Presidente de los Estados Unidos. Además conocía bien a la CIA pues fue su director de 1976 a 1977.
Por otra parte, como vicepresidente de los Estados Unidos durante el gobierno de Ronald Reagan, Bush conoció de cerca las actividades de la CIA en Afganistán y Pakistán, ya que en esos años, la guerra era monitoreada muy de cerca por el gobierno norteamericano desde el Consejo de Seguridad Nacional, presidido por Bush.
Las denuncias de Benazir muestran que Al Qaeda fue una organización impulsada y manipulada por el ISI de Pakistán con apoyo de la CIA norteamericana-
Esto lleva a pensar que sus acciones debieron ser conocidas de antemano por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, y que no se les puso un alto por motivos estratégicos.
Es una extraña coincidencia que los ataques a las torres gemelas en Nueva York, llevadas a cabo por Al Qaeda en 2001, se produjeran durante el gobierno del hijo de George Bush.
Una explicación de estos hechos ya ha sido señalada por diversos analistas. Citaremos en esta ocasión la siguiente:
“Desde el punto de vista de Johnson, expuesto en su texto The Sorrows of Empire, el fin de la Guerra Fría representó tanto una oportunidad como una crisis para el dominio global estadounidense: una oportunidad, porque la esfera soviética de influencia estaba ahora abierta a la expansión imperial; una crisis, porque la caída de la Unión Soviética debilitó en parte la justificación para el sistema global de bases navales, aéreas, guarniciones armadas, puestos de espionaje y enclaves estratégicos. Sólo con los ataques terroristas del 11 de septiembre la crisis se resolvió. Bush contó de pronto con una suerte de “excusa” para expandir la dominación militar estadounidense” (8)
Con la toma del poder gubernamental por el Talibán en Afganistán nuevamente, no es posible descartar que surjan nuevos Bin Laden, si se toma en cuenta que en Pakistán se mantienen las estructuras militares que lo cobijaron y trabajaron con esa organización, si bien ya no existen las dictaduras militares que lo protegieron y apoyaron, pero no se puede descartar.
No es una casualidad que Bin Laden estuviera viviendo en una residencia en Pakistán, cercana a una base militar, donde fue atacado y muerto por fuerzas espe formaciciales del ejército de los Estados Unidos que actuaron sin el conocimiento previo del gobierno pakistano para evitar que Bin Laden fuera advertido del ataque.
Benazir Bhutto fue asesinada en diciembre de 2007 por Al Qaeda. Existieron sospechas de que el ataque contó con el apoyo de la dictadura militar gobernante entonces, sospechas que fueron públicas y que, incluso, condujeron a la formación de una comisión investigadora de Naciones Unidas.
El asesinato ocurrió después de otro intento de asesinarla que ocurrió el 19 de octubre de ese año, ataque en el que su auto resultó incendiado y en el que murieron 179 personas. (9)
Esto ocurrió a pesar de que brindó información al gobierno norteamericano sobre Al Qaeda, años antes de que ocurrieran los ataques a las Torres Gemelas y al World Trade Center.
El entonces presidente Bush emitió una declaración en la que dijo “el Presidente estadounidense, George W. Bush, expresó hoy su “firme condena” contra el “cobarde” asesinato de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, que consideró es obra de “extremistas que quieren minar la democracia en Pakistán”, y pidió a los paquistaníes que la “honren” luchando por la democracia por la que “ella dio su vida”. (10)
Como lo indican los hechos descritos aquí, no fue exactamente como lo dijo el Presidente norteamericano.
Notas
Nota 1: ver la autobiografía de Benazir Bhutto: Benazir Bhutto, hija del destino, pág. 451. Editorial Seix Barral, 2008.
Nota 2: Ver: https://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=258117&relacion=dossierpolitico&categoria=455
Nota 3, ver la Autobiografía de Benazir Bhutto, pág. 450
Nota 4, ídem.
Respecto la relación del servicio de inteligencia de Pakistán, los Talibán y Al Qaeda, existen numerosos estudios e informes. Se puede ver este: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/06/110615_pakistan_servicios_secretos_isi_dudas_az
Nota 5: ver: la Autobiografía ya citada, pág. 485
Notas 6 y 7, ídem, pag. 453 y 454
Nota 8, ver: http://opac.pucv.cl/pucv_txt/txt-1000/UCJ1252_01.pdf
Nota 9: ídem, pag. 485
Nota 10: https://www.europapress.es/internacional/noticia-pakistan-bush-acusa-extremistas-quieren-minar-democracia-pakistan-asesinato-bhutto-20071227180437.html