En un afán por privilegiar la ganancia, los desarrolladores de vivienda en Hermosillo construyen unidades habitacionales en donde “se les da la gana”, sin que las autoridades encargadas de regularlos los “metan en cintura”, atentando contra el patrimonio de sus futuros clientes.
Además de obtener el apoyo del gobierno municipal y estatal para que puedan detonar sus inversiones y, supuestamente, abatir el déficit de vivienda de interés social y residencial existente, también ellos, los empresarios, ponen las reglas.
Un ejemplo de lo anterior lo representa un enorme terreno que abarca algunas hectáreas que se localiza al sur poniente de la ciudad por el bulevar Quiroga y Paseo Río Sonora, donde camiones de carga pesada lo rellenan con escombros para posteriormente edificar casas.
A simple vista, se ve que el dueño (s) del citado terreno lo está tratando de emparejar con miles de toneladas de tierra para quedar al nivel de las citadas avenidas.
Sin embargo, especialistas consultados en la materia aseguran que la compactación que se realiza en estos casos es deficiente, como ya ha quedado demostrado en algunas viviendas de nivel residencial que se ubican sobre el lecho del Vado del Río, lo que provoca su hundimiento.
Para variar, en este caso en particular, no sólo se está acumulando montones de tierra para compactarla, sino que además el escombro se vierte sobre agua que ha corrido por muchos años sobre el Vado del Río.