ACAPULCO. La policía comunitaria en Guerrero surge como una necesidad de dar seguridad y justicia a los pueblos de la parte baja de la Montaña y de la Costa Chica, pues hay muchos municipios donde sólo cuentan con una cantidad mínima de policías, 3 o 4 personas que no alcanzan a cubrir todas las comunidades del municipio.
Fue en el año de 1995 cuando los habitantes de esa zona, concretamente del municipio San Luis Acatlán, a partir de la necesidad de garantizar su seguridad en los pueblos y en los traslados entre las comunidades y las cabeceras municipales, crean la Policía Comunitaria (PC).
En un principio, los policías comunitarios se encargaban de la seguridad de las comunidades y entregaban a los detenidos a la agencia del Ministerio Público y en muchas ocasiones los detenidos eran puestos en libertad, lo que provocó que los pueblos crearan un sistema propio para dar justicia.
Según este sistema, instaurado unos años después de la creación de la policía comunitaria, en primer lugar, está la Asamblea General de las Comunidades, donde se analiza toda la problemática de la policía comunitaria, sus acciones, así como la elección de los policías y sus comandantes. En segundo lugar estaba el Comité de Autoridades Indígenas (CAIN), que posteriormente se transformó en la CRAC; sus miembros son los que se encargan de la impartición de justicia.
Después sigue el Comité Ejecutivo, que está compuesto por los comandantes que trabajan en coordinación con la CRAC; ahí es donde se plantean las acciones y las rutas que se seguirán para la resolución de los problemas que se les presentan. Además, está la Asamblea Comunitaria para evaluar los trabajos y a los policías en cada comunidad.
Cuando la policía comunitaria detiene a alguien que cometió un delito, ya sea que fue acusado por alguien o se le encontró en flagrancia es presentado ante una especie de Consejo de autoridades de la comunidad, quienes escucharán las acusaciones y al acusado, después de una deliberación, decidirán cuál es la pena que se aplicará, lo més común es que el detenido pagará con trabajo comunitario.
En la actualidad la CRAC-PC opera en 210 comunidades de 29 municipios de Guerrero, la mayoría en la Costa Chica y la Montaña; cada pueblo tiene 12 policías comunitarios, que son elegidos por la comunidad, la organización tiene un estimado de 2 mil 500 elementos dedicados a la seguridad, armados con rifles calibre 22, escopetas y pistola de bajo calibre.
A este sistema se le denomina Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y de él dependen la Policía Comunitaria (CRAC-PC) y tiene su propio sistema de justicia.
Esa estructura, la única con reconocimiento estatal, bajo la Ley 701 –De reconocimiento, derechos y cultura de los pueblos y comunidades indígenas de Guerrero– tiene su esencia en el sistema de cargos tradicionales.
LA JUSTICIA
Actualmente, la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias–Policía Comunitaria (CRAC-PC), tiene 5 casas de Justicia. Casa de Justicia de San Luis, Casa de Justicia de Espino Blanco, Casa de Justicia del Paraíso, Casa de justicia de Zitlaltepec, Casa de justicia de Las Juntas, Caxitepec.
Este Sistema de Seguridad y Justicia Comunitarias cuenta con un andamiaje jurídico y de marcos regulatorios. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley número 701 que reconoce los Derechos y Cultura de los Pueblos Indígenas del estado de Guerrero (2011).
A LA CAZA DE INFRACTORES
XALAPA.— Cuando no hay un enemigo pequeño, la gente se organiza y se lanza a defender lo poco o mucho que tenga. Su vida y su seguridad están en juego y si en casa hay mujeres es doble el propósito de no permitir que el enemigo aceche.
Así es la vida en el barrio La Palma, municipio de Xalapa. Ubicado en la zona rural, comunicado con veredas poco accesibles, es una de las zonas más pobres de la capital del estado, habitada por gente que creyó en un líder que les prometió vivienda si le apoyaban y al final tienen un lugar donde vivir, pero han perdido la tranquilidad.
El barrio La Palma tiene un conjunto de 25 casas. A la larga, después de 12 años, se han extendido los núcleos de población, pues otras colonias igual de improvisadas se han asentado en esa región ubicada muy cerca de la congregación El Castillo.
Delia Grajales, quien lidera la junta de mejoras de La Palma, explicó que han tenido la desgracia de caer en las garras de personas que viven en las cercanías. “La colonia de los cardenistas se dividió, el líder los dejó y ahora la nueva líder se trajo a gente extraña”, comentó.
A partir de estos cambios, comenzaron a sufrir robos en sus viviendas. La gota que colmó el vaso fue el riesgo que corrieron dos menores que eran espiadas por un sujeto. Una de las vecinas lo sorprendió y dio la voz de alarma. La gente se armó con machetes, palos y piedras y comenzaron a perseguirlo, no lo alcanzaron, aunque después se enteraron de que posterior a su fechoría, se metió a una casa a robar.
A partir de ese momento acordaron que no permitirían que volviera a suceder un hecho similar. Se comunican por WhatsApp y si escuchan ruidos o ven movimientos extraños, se alertan y salen en grupo a tratar de “cazar” a los infractores.
DEFIENDEN LOS BARRIOS URBANOS
TOLUCA. Ante la inseguridad que impera y la poca respuesta de las autoridades policiacas, vecinos de colonias en diversos municipios del valle de Toluca optaron por colocar mantas en sitios visibles, donde advierten a los delincuentes que en caso de que los atrapen, los van a linchar.
Este tipo de mantas son comunes en calles de Toluca, pero también en municipios como Metepec, Almoloya de Juárez, Lerma, Ocoyoacac, Zinacantepec, Mexicaltzingo y otras demarcaciones aledañas a la capital mexiquense con el mismo objetivo, que es el de advertir que están organizados.
Para justificar su actuar, algunos vecinos de varias colonias cercanas al centro de Toluca compartieron que están cansados de los constantes asaltos que sufren desde peatonales, cristalazos a sus carros hasta que se metan a sus viviendas, por lo que decidieron organizarse de esta manera en contra de la delincuencia común.
En otras delegaciones de Toluca mencionaron que basta con que alguien vea algo sospechoso y den la alarma con el toque de campanas de las iglesias para que la gente se reúna y sin esperar a que las autoridades lleguen, detengan a los asaltantes que noten en la zona.
Además, comentaron que hacen uso de la tecnología y están continuamente comunicados a través de chats vecinales, en donde comparten si ven personas sospechosas o carros desconocidos, avisan si salen de sus viviendas y también al regresar, además de que no falla avisar a vecinos con los que se lleven para que les echen “ojito” a sus casas.
Desde Ocoyoacac, una vecina en cuya colonia no hay mantas, indicó que están organizados entre ellos a través de comunicación constante, y ante la ola de inseguridad que ha habido en el municipio y los asaltos diarios actuarán.
CIERRAN CALLES Y COLOCAN ALARMAS EN ALTAVOCES
LEÓN. Ante la implacable inseguridad y la ausencia de las autoridades municipales, vecinos de diferentes colonias de la ciudad se han organizado para defenderse.
Las autodefensas en León, Guanajuato, carecen de armamento pero utilizan logística e incluso tecnología para proteger sus hogares y familias.
Han cerrado calles, atentando contra el libre tránsito, y también han instalado cámaras de circuito cerrado y hasta ruidosas alarmas en altavoces para movilizar a los vecinos.
La colonia Loma Hermosa, al sur de la capital zapatera ha adoptado medidas desesperadas. Para el gobierno de León se trataba solamente de un “conflicto vecinal”, aunque se registraban hasta tres delitos diarios en un polígono de solamente 390 casas. Incluso de 2018 a la fecha, han ocurrido tres episodios de hallazgo de restos humanos en pedazos.
Un caso similar ocurre en el fraccionamiento Real del Bosque II, en donde también fueron cerradas calles, colocando mantas con mensajes para disuadir a los delincuentes.
Incluso una de las calles, Bosques del Paraíso, fue cerrada con una barda. Ante esto, el municipio tampoco logró un ambiente de seguridad para los habitantes.
Es una tristeza. Todo mundo está preocupado y así nos han obligado a vivir”, lamentó un vecino del lugar.
UNA DEFENSA QUE YA LLEVA VARIOS AÑOS
SALVADOR ESCALANTE. Michoacán es el primer productor de aguacate en el mundo. Es fruta, genera riqueza y prosperidad en por lo menos 20 municipios, porque de ahí se exportan unas 962 mil toneladas de esa fruta a Estados Unidos, 218 mil a Europa, Asia y Centroamérica. La derrama económica supera los 100 mil millones de pesos, según cifras de la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate de Michoacán, la APEAM. No en vano al aguacate se le conoce como el oro verde.
Esa generación de dinero ha llamado poderosamente la atención del crimen organizado. Entre 2004 y 2005, en regiones aguacateras como Uruapan, Tancítaro, Los Reyes, Peribán, Ario de Rosales y Salvador Escalante, cárteles locales recurrieron al secuestro y extorsión contra productores de aguacate.
Durante muchos años los aguacateros pagaron cuotas para no correr riesgo de secuestro o asesinato. La autoridad no hizo nada contra los criminales y olvidó a las víctimas. Fueron los afectados quienes se organizaron para protegerse y en noviembre de 2012 surgieron los primeros grupos de autodefensa en Paramuén, comunidad indígena perteneciente al municipio de Salvador Escalante.
Decenas de comuneros adquirieron armas e instalaron barricadas para impedir el paso de criminales a por lo menos 20 pueblos. La estrategia funcionó y hasta la fecha en esa región operan los grupos de civiles armados que cuidan sus caminos, carreteras y huertas.
El 24 de febrero de 2014 surgieron los grupos de autodefensa en Tepalcatepec y Buenavista. Fue un movimiento diseñado para combatir los autodenominados Caballeros Templarios, el cártel Michoacano que sometió a los michoacanos durante una década.
Estos civiles armados, cuyas cabezas visibles fueron Hipólito Mora Chávez, Juan José Farías Álvarez alias El Abuelo, José Manuel Mireles Valverde, Luis Antonio Torres González, El Americano, y Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, con el apoyo gobierno federal, desarticularon a Los Templarios.
Pero los grupos de autodefensa nacidos en Tepalcatepec y Buenavista fincaron su éxito en la incorporación de sicarios identificados con los propios Caballeros Templarios e integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Así posibilitaron la muerte de Nazario El Chayo Moreno González; Enrique Quique Plancarte Solís; y la detención de Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, principales líderes del grupo criminal michoacano.
El principal impulsor de los civiles armados en 2013 fue Alfredo Castillo Cervantes, quien llegó con la encomienda de pacificar Michoacán. Un gran número de quienes participaron en la revuelta armada se enlistaron en la Policía Rural, pero esa corporación desapareció en 2016; al mismo tiempo se extinguieron oficialmente los grupos de autodefensa.
En cuatro comunidades indígenas del municipio de Los Reyes, operan desde enero de 2013, hombres y mujeres armados bajo el nombre de Rondas Comunitarias. Surgieron para defenderse del grupo criminal Los Caballeros Templarios y ahora se protegen ante el acecho del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Las Rondas Comunitarias sólo cuidan su territorio, no salen a otros municipios y con éxito defienden sus huertas de aguacate.
El grupo armado de más reciente aparición se autodenomina Pueblos Unidos; dicen contar con más de 3 mil hombres para cuidar 54 barricadas instaladas en los municipios de Ario de Rosales, Taretan, Nuevo Urecho y Salvador Escalante.
Hace 9 meses surgió un grupo autodenominado Pueblos Unidos. Conformado por productores de mango, guayaba, zarzamora, caña y aguacate, enfrentó primero a la organización delictiva conocida como Los Viagras, a quienes acusan de haberles cobrado cuotas durante tres años. Hoy, aseguran haber reducido casi a cero delitos como la extorsión, secuestro y homicidio. También bajó considerablemente la incidencia en robos de camiones cargados con fruta.
Según los voceros de ese movimiento armado, 3 mil hombres vigilan, en turnos de 12 horas, los principales accesos a 20 comunidades; tienen instaladas 54 barricadas, de las cuales, al menos 10 cuentan con fortines de piedra volcánica y concreto.
Los integrantes de Pueblos Unidos portan armas como AK-47, AR-15 y pistolas de uso reservado al Ejército. Según estos civiles armados, ellos mismos han comprado las armas, aunque también reconocen el financiamiento por parte de productores y empacadores de aguacate.
En Tepalcatepec también opera un grupo armado; se hacen llamar autodefensas; también pelean a balazos con el Cártel Jalisco Nueva Generación, con quienes hace menos de dos años eran aliados. Ahí, donde surgieron los civiles armados en 2013, hoy se libra una lucha que mantiene en vilo a miles de habitantes.
Vigilan los fraccionamientos en la ciudad más violenta del país
TIJUANA.– Organizados en grupos de vigilancia que recorren sus calles, blanco de los ladrones que los han despojado de sus carros y pertenencias, vecinos de distintas colonias de Tijuana han colgado mantas que advierten a los amantes de lo ajeno que si los atrapan, no los van a entregar a la Policía. Uno de estos delincuentes ya perdió la vida a manos de residentes cansados de los continuos saqueos.
Los vamos a linchar”, advierte uno de estos avisos que le da la bienvenida a los ladrones en la colonia El Mirador, cuyos residentes se dicen cansados de la impunidad y aseguran que harán justicia por su propia mano. Mantas similares cuelgan de diversas colonias y fraccionamientos donde la policía municipal brilla por su ausencia.
Ya sea en El Mirador, un fraccionamiento de clase media, como en Jardines de La Mesa o en otras más, pende el fantasma del linchamiento y aunque las autoridades nunca lo reconocieron oficialmente, un joven fue muerto a golpes al ser sorprendido por los residentes de la colonia 20 de Noviembre.
En dicha colonia se encuentra la cárcel municipal preventiva, donde los ladrones y los drogadictos son encerrados 24, 48 o hasta 72 horas, pero de donde salen ansiosos por obtener algo que les permita conseguir droga o siquiera qué comer.
Sus víctimas más cercanas son los vecinos de “la 20”, nombre coloquial de esta colonia donde en 2019 un grupo de vecinos golpeó hasta la muerte a un hombre de unos 25 años de edad que acababa de salir de la cárcel preventiva.
Tijuana, la quinta ciudad más violenta del mundo de acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, se ha convertido en una urbe donde los ciudadanos ya no viven tranquilos.
Lo primero que pienso cada que salgo al trabajo es, qué habrá en la casa cuando regresó, si todo está en orden y a ver, si todavía están mis pocas cosas aquí”, agregó la ciudadana.
FRUCTIFICA AUTODEFENSA INTEGRADA POR MUJERES
MONTERREY. Las misteriosas desapariciones de colonos y luego la presencia de un violador serial, ante la indiferencia de las autoridades municipales y estatales llevaron a los vecinos de una decena de colonias de Juárez, Nuevo León, a organizarse en un grupo de autodefensa que hoy se le conoce como Guardia Ciudadana Vistas Terranova.
El activista Sergio Rey González es uno de los fundadores del grupo que surgió para hacerle frente a las necesidades de seguridad de una comunidad olvidada, a pesar de formar parte de uno de los ayuntamientos de la zona metropolitana.
La agrupación como tal surgió en el año 2012. Fue a raíz de los ataques de un violador serial, pero nosotros ya nos habíamos organizado porque en el 2011 muchos vecinos salían y ya nunca regresaban a su casa”, comentó.
Mencionó que las desapariciones se registraron en los años más álgidos de la inseguridad, derivada de la delincuencia organizada en el estado, y las víctimas eran obreros y trabajadores.
Nunca regresaban, las denuncias no prosperaron”, aseguró.
Dijo que los afectados por lo regular eran población migrante que llega de estados del sur a establecerse en Nuevo León.
Ahí surgió en primera instancia el podernos comunicar con lo que había de tecnología en aquellos tiempos, los teléfonos celulares que era nada más mandarnos mensajes de texto y así nos empezamos a reunir de forma secreta en casa para ver cómo íbamos a acompañarnos”, recordó.
Añadió que luego surgió un violador serial, después otro y un imitador de ambos.
Entonces armamos unas fogatas, de forma espontánea. Nosotros armamos las fogatas porque no había alumbrado en la colonia. Nos juntamos, la mayoría con machetes, así que en un inicio nos llamaron los enmachetados”, contó.
A pesar de que en un principio fueron un grupo armado, nunca han realizado un linchamiento.
Invitamos que si bien se portaba el machete en la calle no fuera con una situación de desafío”, dijo.
Mencionó que las autoridades municipales al ver el movimiento los reprimieron.
Sin embargo, hacia el 2015 alcanzaron mayor fuerza y notoriedad porque presionaron al presidente municipal Rodolfo Ambriz para que garantizara la seguridad de la ciudadanía, aunque no obtuvieron una respuesta satisfactoria.
En el 2017, se logró atrapar a los “depredadores sexuales” que perpetraron unas 120 violaciones entre vecinas de la zona. Para ese entonces ya había surgido otro grupo ciudadano que se llama las Silbateras.
Las Silbateras son mujeres que vigilan por las calles de las colonias y accionan sus silbatos en caso de cualquier emergencia.
El 97% de la fuerza de Guardia Ciudadana son mujeres. De hecho, había 20 enmachetadas” la primera noche que surgió el grupo”, recordó.
La presencia de las mujeres se debe también a la furia que tienen por los actos de los que han sido objeto.
Había 20 enmachetadas la primera noche que surgió el grupo porque una de ellas había sido brutalmente violada y cortada en sus partes íntimas y al otro día era la primera comunión de su hija”, compartió.
Ya después evolucionamos a un grupo de la sociedad civil no registrado”, aseveró.