Antorcha Campesina es una de las agrupaciones más poderosas y millonarias de México. Se hace llamar “La organización de los pobres de México”, pero no es lo que dice ser, sino es un grupúsculo que ha estado siempre al servicio del poder. Es una mafia que goza de impunidad, capaz de cometer los peores crímenes con tal de obtener un puñado de dinero.
Nació en 1974 en Tecomatlán, Puebla, con el supuesto propósito de organizar a los grupos más pobres del país y lograr mejores condiciones de vida para los trabajadores del campo. Su fundador y único dirigente es Aquiles Córdova Morán, quien junto con sus hermanos y algunos campesinos iniciaron un movimiento social que con el paso de los años se convertiría en un lucrativo negocio familiar que se enriqueció al amparo del PRI y de sus gobiernos.
A inicios de los 70, siendo Córdova Morán un simple maestro, dirigió un levantamiento que buscaba transformar a la antigua Escuela Nacional de Agricultura en una universidad donde los hijos de los campesinos pudieran continuar sus estudios profesionales. Un propósito nada malo, por cierto. Porque a partir de ello surgió la Universidad Autónoma Chapingo, en 1974.
Sin embargo, desde entonces Aquiles Córdova ha utilizado los movimientos sociales como una industria de la que ha lucrado hasta más no poder. Del propósito de ayudar a los pobres, ni se diga. Simplemente, se olvidó.
“Llegamos a la conclusión de que debíamos convertirnos en un movimiento político más adaptado a la situación nacional, que encauzara la lucha de manera constructiva”, fueron las palabras con las que Córdova empezó con Antorcha Campesina, organización que hoy agrupa a más de un millón 200 mil agremiados en las 32 entidades del país.
NEGOCIO FAMILIAR
Antorcha Campesina controla decenas de empresas en todo México, es dueña de un sinnúmero de concesiones de transporte público, asimismo de franquicias comerciales y desde su fundación ha obtenido contratos de obra pública por adjudicación directa. Por eso Aquiles Córdova posee una riqueza incalculable. Es propietario de una de las cadenas gasolineras más grandes del país y varios miembros de su familia han sido diputados o desempeñan cargos en el gobierno, ya sea a nivel municipal, estatal o federal.
David Ogden escribió: “Familia significa que nadie se queda atrás o se olvida”. La familia Córdova Morán ha llevado el concepto hasta las últimas consecuencias.
Hasta donde se sabe, el hermano de Aquiles Córdova, de nombre Ulises, es dirigente de Antorcha Campesina en el estado de Puebla. Perseo, otro de sus hermanos, es la cabeza de la Comisión Financiera. Su hermano Eleusis, también controla parte de la organización en Puebla, junto con sus hermanas Soraya y Hersilia, y Lorena, otra de las hermanas, es lideresa en la Ciudad de México.
Su sobrino Franklin Campos Córdova, es dirigente del movimiento antorchista en Chiapas y coordinador en el sureste de México. Su hermano Lenin ocupa la dirigencia en San Luis Potosí.
Sus sobrinas Amina García Córdova y Soledad Solís Córdova, son lideresas en la Ciudad de México y en el estado de Morelos, respectivamente. Eduardo Campos Flores, también sobrino de Aquiles, se desempeña como dirigente en Jalisco.
En fin, es toda una mafia en la que no podían faltar los compadres, como Jesús Tolentino Román que ha sido dos veces alcalde de Chimalhuacán, y las comadres, como Marisela Serrano Hernández, exdiputada federal y expresidenta municipal de Ixtapaluca. Esto por mencionar algunos.
Pero no todo es poder en Antorcha Campesina. Se dice que Dánae Córdova Morán, Franklin Campos Córdova, Juan Manuel Celis Aguirre, Samuel Aguirre Ochoa y Everardo Lara Covarrubias, son propietarios de varias gasolineras en Puebla, Estado de México y Chiapas.
De acuerdo con información de la página electrónica de adquisiciones y proveedores del Gobierno Federal, Antorcha Campesina ha obtenido permisos de la Secretaría de Energía para la venta de gas LP y para la distribución de combustibles mediante auto tanques, semirremolques, carro tanques o buque tanques, y todo porque respaldó el proyecto político del expresidente Enrique Peña Nieto.
También con la Secretaría de Desarrollo Social (hoy Secretaría de Bienestar) ha pactado jugosos negocios para el suministro de combustible, como los cuatro contratos firmados durante los años 2013 y 2014, que alcanzaron la cantidad de 3 millones 356 mil pesos, sólo en el estado de Puebla.
Aparte de la venta de combustibles, se presume que otros de los negocios de Antorcha Campesina son las concesiones de transporte público, empresas constructoras, restaurantes, tiendas de conveniencia y hasta cantinas y bares. ¿A cuánto asciende realmente la fortuna de Aquiles Córdova y su familia? No se sabe.
EL NEGOCIO DE LA MUERTE
El desaparecido periodista Miguel Ángel Granados Chapa describió a Antorcha Campesina como: “una movilización paramilitar proclive a la acción directa, al enfrentamiento con quienes considera sus adversarios”.
¿Cuántas veces hemos oído de invasión ilegal de terrenos, toma de carreteras, caminos ejidales, plazas públicas e instituciones gubernamentales? Peor todavía, ¿de secuestros y asesinatos políticos? Antorcha Campesina se ha visto envuelta en muchos de estos actos delincuenciales. Sobre todo, durante los tiempos del poderoso PRI.
En julio de 2013, por ejemplo, Feliciano Castillo Martínez, un joven de 17 años de edad, descubrió que integrantes de Antorcha Campesina repartían despensas a cambio del voto para el candidato priista a la presidencia municipal de Mecayapan, Veracruz, Jesús Cruz Hernández, y los grabó con su teléfono celular. Al ser descubierto, lo golpearon y la antorchista Sofía Cruz Hernández lo apuñaló hasta matarlo. Ésta fue detenida y puesta en libertad pocas horas después.
En 2000, el antorchista Jesús Tolentino Román, le arrebató la presidencia municipal de Chimalhuacán al grupo de Guadalupe Buendía, “La Loba”, quien tuvo que huir el día de las elecciones tras los ataques de Antorcha Campesina. El de ese año fueron unas elecciones sangrientas donde resultaron 10 muertos y un centenar de heridos.
Con esos métodos, muchos antorchistas llegaron a ser presidentes municipales y legisladores, y desde los años setenta han apoyado al PRI, PRD, PVEM y últimamente han estado ligados a muchos políticos de Morena.
¡AGUAS!
Es así que Antorcha Campesina, valiéndose de métodos violentos y sanguinarios, ha logrado hacerse de poder y de cuantiosos recursos públicos. Es, definitivamente, una industria de la intimidación que durante casi cincuenta años ha lucrado en México y en Chiapas. Sin contar que lleva ese mismo tiempo cometiendo despojos de terrenos de manera ilegal, ventas de terrenos presuntamente robados y adueñándose de concesiones de transporte público bajo coerción.
Conociendo esta historia deberíamos tener cuidado. Sin lugar a dudas, los antorchistas estarán metidos nuevamente en las elecciones de 2024 apoyando a muchos políticos y, quizá, entre esos haya algunos de Morena, como el diputado federal Ismael Brito Mazariegos, que mucho tuvo que ver con ellos durante su gestión como secretario general de gobierno.
Meditemos en esto: un voto a favor de los candidatos respaldados por Antorcha Campesina es un voto a favor de la delincuencia y la impunidad.