CIUDAD DE MÉXICO (apro). – La inconformidad de un sector del pueblo yaqui sobre los acuerdos asumidos por autoridades de la etnia y el gobierno federal, así como las protestas sobre el acuerdo con Estados Unidos sobre las aguas del Río Bravo tienen trasfondo político de acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Un grupo de la tribu yaqui ha protestado respecto a los acuerdos con el sector mayoritario, es decir las autoridades tradicionales, que revisan con representantes del gobierno concluir un gasoducto detenido, inclusive, considerando cambiar el trazo.
Las protestas han incluido cierre de carreteras el fin de semana y la exigencia de cita con el mandatario que, por su parte, lo llamó a reunirse con su representante, Adelfo Regino, director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
Con todo y el llamado, el presidente expuso que detrás de dichas protestas puede haber manipulación política como ocurre también con las protestas en Chihuahua, al considerar que la proximidad de las elecciones motiva que actores políticos asuman causas injustificadas para acarrear votos.
Señaló específicamente en Chihuahua al panista Gustavo Madero que, como otros políticos, consideró hacen uso de la problemática.
“Actúan con demagogia, obteniendo simpatía, este senador Madero, sacando manifiestos… los que antes no hablaban de esto, ahora les salió lo patriota, se convirtieron en defensores del agua. Que no politicen estas cosas”, consideró.
En su conferencia de prensa matutina, el mandatario precisó que el acuerdo binacional de aguas es ventajoso para México y si no hubiera posibilidad de cumplir con el compromiso de entrega de agua a Estados Unidos, trataría de negociarlo, pero aseguró, no es el caso.