Localidades de al menos 178 municipios ubicados en 23 estados del país tienen fuentes de abasto de agua con concentraciones de fluoruro o arsénico superiores a las establecidas en la normatividad nacional, indican expertos. Estiman que más de 20 millones de personas consumen líquido con alguna o las dos sustancias que son dañinas para la salud.
El estudio Arsénico y fluoruro en agua: riesgos y perspectivas desde la sociedad civil y la academia en México, coordinado por Luz María del Razo, Juan Manuel Ledón y Mónica N. Velasco, del Instituto de Geofísica de la UNAM, reporta que esos asentamientos “son considerados de atención prioritaria” y se encuentran principalmente en Chihuahua, Zacatecas, Durango, San Luis Potosí, Jalisco, Sonora, Coahuila, Baja California Sur e Hidalgo.
Precisa que los valores permisibles en México son 1.5 miligramos por litro (mg/L) para el fluoruro y de 0.025 para el arsénico, aunque organizaciones internacionales han establecido límites menores, debido a la publicación de los efectos a estos niveles, y establecen los límites en 0.7 mg/L y 0.01 mg/L, respectivamente. El estudio precisa que el abastecimiento público de agua proviene básicamente de la fuente subterránea con 58.7 por ciento del volumen.
Refiere que “la falta de acciones frente a la problemática de la calidad del agua subterránea, cuando no es apta para consumo humano, ha conducido a que cerca de 6.5 millones de niños en nuestro país estén expuestos a concentraciones de fluoruro o arsénico que ocasionan daños a la salud”.
Indica que se ha estimado que a nivel nacional existen al menos 1.5 millones de personas que ingieren agua con concentración mayor al límite establecido de arsénico, de las cuales unas 150 mil están “en mucho mayor riesgo por ingerir las concentraciones más altas de arsénico en agua”.
Precisa que en el caso de fluoruro se estima que en el país hay alrededor de 20 millones de personas que ingieren agua con concentraciones mayores a los valores permitidos, de las cuales 900 mil están en localidades de San Luis Potosí, Durango, Zacatecas, Jalisco, Chihuahua y Sonora. Apunta que alrededor de 47 por ciento de las localidades evaluadas con concentraciones fuera de la normatividad tienen los dos contaminantes.
El estudio ejemplifica que en San Luis Potosí se rebasaron los valores para fluoruro en 13 municipios y para arsénico en ocho municipios. Entre ellos están Charcas, Santo Domingo, Salinas de Hidalgo, Villa de Ramos, Villa de Guadalupe, Guadalcázar, Mexquitic de Carmona, ubicados en la zona del altiplano potosino. En el municipio de Zimapán, Hidalgo, se han evaluado concentraciones muy elevadas de arsénico en el agua subterránea destinada al abastecimiento municipal.
Precisa que la exposición a concentraciones elevadas de arsénico durante largo tiempo causa cáncer en diversos órganos y tejidos, principalmente en la piel, vejiga, hígado, pulmón y riñón, aunque también se ha relacionado con cáncer de mama. Los efectos adversos que puede ocasionar el consumo de fluoruro son alteraciones en el funcionamiento adecuado de diversos tejidos y órganos.