Por Claudio Tiznado/Tiznado Noticias
Un accidente de tránsito ocurrido en Nogales el pasado 18 de marzo, ha dejado en evidencia la omisión y posible corrupción de autoridades ministeriales y corporaciones de los tres niveles de gobierno en el ejercicio de su deber, en detrimento de la facultad y capacidad de accionar que tienen las víctimas de exigir justicia.
El siniestro, que según los afectados pudo evitarse, ha desatado su indignación pues se sienten indefensos ante la Ley a pesar de contar con todas las evidencias a su favor, no sólo para que paguen los responsables, sino también para que les reparen el daño conforme lo estipula el Código Nacional de Procedimientos Penales.
Lo anterior, también coloca en el centro del debate la apatía e indiferencia de todos los actores involucrados en esta trama y el poder de quienes poseen relaciones y recursos para salir librados de cualquier responsabilidad legal bajo cualquier circunstancia aprovechando, queriendo o no, el desconocimiento y posible ignorancia del más débil.
Dicho evento, sucedió entre las 4:00 y 5:00 de la mañana sobre la carretera internacional, donde hubo dos lesionados -madre e hijo- debido al impacto del vehículo en el que se trasladaban atribuido a la indolencia, a la impericia y a la supuesta embriaguez en que el conductor se encontraba al momento de los hechos, cuando circulaban de Sur a Norte en dirección a Nogales.
De acuerdo a la versión de Jesús Isidro Valenzuela López, una de las víctimas, y la única a la que contactó, aunque es cierto que la responsabilidad material del accidente es del taxista en el aspecto legal el asunto no lo vincula sólo a él sino también a la empresa “Taxi Amigo” o su propietario y/o representante legal el regidor Francisco Mendívil Figueroa “Paco Paco”.
El trayecto
“Alrededor de las 4:00 de la mañana del 18 de marzo pedimos un taxi y a las 4:30 llegó la unidad por nosotros, yo me senté en el asiento de atrás y mi mamá detrás del copiloto, al subirnos detectamos que algo andaba mal porque el chofer iba muy rápido; le preguntamos y el contestó que no pasaba nada”, relata el joven de apenas 21 años de edad, “nos dirigíamos de La Mesa (ubicada unos 20 kilómetros al Sur de Nogales) a la clínica número 5 del IMSS debido a que íbamos a poner cita a Medicina del Trabajo”.
Jesús Isidro se dirigía al Seguro Social en seguimiento a una incapacidad derivada de un accidente laboral en una maquila donde trabaja en aquella frontera y su mamá iba a realizarse un chequeo.
“El taxista siempre condujo a una alta velocidad rebasando carros y pitándoles”, recuerda, “mi madre le pidió bajar la velocidad pero no respondió y nos percatamos con nuestros sentidos que iba ebrio, alterado, tapando la circulación a los demás vehículos”.
Según su versión, el taxista siempre mostró una actitud irresponsable al manejar en forma de zig-zag. Su actitud fue de desafío y de imprudencia, de falta de precaución, mostrando altanería y caso omiso a los llamados de atención.
“Donde están las capillas de la ´santa muertesubió la velocidad y mi madre le dijo que se detuviera para bajarnos porque íbamos muy asustados y tampoco respondió, cuando pasó el puente del IMSS nuevo ya cerca de Nogales se salió de la carretera y agarró terracería, perdió el control y entró en pánico",exhibe, "y fue cuando el taxi giró a la izquierda y se impactó con un árbol en medio de los carriles y empezó a girar como ´licuadora
hasta colisionar con otro árbol que estaba del otro lado de la carretera donde fue el golpe final”.
Después, todo se tornó en desesperación al tratar de salir del auto debiendo patear las puertas que se trabaron, describe, mientras el taxista lloraba y batallaba para salir mientras era auxiliado por (Jesús Isidro) una de las víctimas.
“Yo no miraba bien, me tomé una foto para verme y me percaté que mi ojo derecho no estaba bien y tenía todo mi cuerpo lleno de sangre y noté que mi mamá tenía una herida en el cuello muy notoria”, recuerda el joven, “yo hablé a la ambulancia y la señorita me empezó hacer preguntas y la verdad yo estaba desesperado y me dijo que la iba a mandar a urgencias (a la señora), fue entonces que sentí un bajón -mareo- en el cuerpo y me detuve con la cajuela de carro, mientras miraba cómo otro carro impactaba el primer árbol con el que chocamos”.
A pesar de todo lo que estaba sucediendo, Isidro reaccionó y pidió auxilio con la linterna del celular a los vehículos que circulaban, en tanto el taxista se comportaba nuevamente de manera extraña mientras gritaba y caminaba hacia dentro de los carriles exponiendo su integridad física, subraya.
“Entonces pasó un camión especial de las fábricas (de pasaje) y nos llevó al hospital donde nos mandaron al área de shock a los dos (el y su mamá); el doctor cuando me atendió dijo que el taxista, que también se fue con nosotros, se miraba alcoholizado y ´con otras cosas más dando a entender que estaba drogado", rememora Jesús Isidro, "mientras éramos atendidos, mi papá y familiares fueron al lugar del accidente y vieron que la Policía Municipal y Federal levantaban un reporte mientras el dueño de la empresa hablaba con uno de los preventivos y luego con un agente federal".
El federal y el Regidor le dijeron a su papá que no había delito que perseguir, pues ya se había levantado el reporte del "carro abandonado", así con esa frivolidad, como si el chofer del taxi se hubiera dado a la fuga como sucede con conductores de camiones de carga, que se evaden del sitio del accidente para pagar fianza y liberarse de cargas legales.
"Para variar, el regidor le dijo a mi papá que él contaba con una barra de abogados para lo que se ofreciera si mi padre quería averiguar algo en dado caso o actuar en consecuencia a través de una demanda judicial", apunta. El calvario y accidente Luego del accidente para Jesús Isidro y su mamá Manuela Cecilia López López todo ha sido un calvario entre vueltas al hospital y pago de médicos: "En urgencias me dieron 24 puntadas en la cabeza y me cocieron los pedazos de cuero del ojo porque tenía el ojo suelto y me dijeron que lo iba a perder", indica el joven afectado, "después el mismo día 18 de marzo el especialista maxilofacial me metió a cirugía en la cual me reconstruyeron los párpados y me pusieron 28 puntadas en el ojo derecho". Jesús estuvo internado durante tres días y tuvo que ser dado de alta a raíz del surgimiento del Coronavirus, igual que su madre: "a mi mamá le pusieron 13 puntadas desde atrás de la oreja izquierda a la barbilla y muy cerca de la quijada, pues tiene muchos golpes en la cabeza y en el pecho", señala.
Su madre también tiene problemas con los ligamentos del torax, ya que se hizo estudios aunque no todos porque son muy caros, "se la lleva en cama y a mi ya me dijeron que voy a ocupar más cirugía en el ojo, de hecho me están dando medicamentos, pero no todos, algunos los tiene que comprar mi papá, desgraciadamente yo estoy incapacitado y no me han pagado hasta que me valore el doctor de medicina de trabajo... mientras no tengo ingresos", expone. En el aspecto legal, en la agencia del Ministerio Público número 2 de Nogales no le recibieron su querella ni tomaron la declaración de ambas víctimas pretextando el problema del Coronavirus y aclarando que ya tenían el Reporte (Policial Homologado).
Ello a pesar de que es obligación de cualquier autoridad ministerial procurar justicia para cualquier persona sea a través de una denuncia o querella o de un hecho cometido en flagrancia como evidentemente sucedió. "Lo único que dijeron fue que ya tenían el parte de la policía municipal y que estaba lento el proceso por el Coronavirus y no nos han tomado la declaración y al chofer mi papá lo llevo a declarar y no se lo permitieron las autoridades, pues éste aún se encontraba ebrio haciendo comentarios de que quería irse a trabajar", puntualiza. A un mes del suceso, el chofer y su patrón ni siquiera han preguntado por el estado de salud de ambos, según sus palabras, "y yo le marqué como una semana después del accidente al Regidor y me volvió a decir que no lo molestáramos que sólo le queríamos sacar dinero y que le hiciera como quisiéramos". Ahora, Jesús Isidro lo único que clama es justicia, un alto a la corrupción y que la vida de las personas que usan los taxis no corra riesgo por la culpa de gente insensible e irresponsable, “gracias a Dios estamos vivos, pero ya hubo un caso relacionado con ´Taxi Amigo
(en Nogales) en que una muchacha perdió la vida y hasta la fecha no se le ha hecho justicia”.
Luego de recopilar la versión de una de las víctimas el reportero buscó al regidor Francisco Mendívil Figueroa “Paco Paco”, para que expusiera su versión de los hechos.
Regidor “se lava las manos”
Al ser abordado vía telefónica el edil nogalense prácticamente se deslinda del percance y establece que no tiene ninguna responsabilidad legal con las víctimas.
“Si yo lo atropello a usted o yo choco con usted, usted va conmigo y yo traigo el volante ¿de quién es la responsabilidad?, aquí pasa esto, si usted es mi chofer y trae uno de mis taxis, ¿quién es el responsable?”, revira el aspirante a la alcaldía de Nogales el 2018.
Mendívil culpa a su chofer de ser el único culpable de lo que sucedió y de ser responsable de rendirle cuentas por ser el dueño de la unidad, aunque como propietario de la empresa no lo pueden vincular legalmente, según estima.
“Aquí pasó una situación la persona (el conductor) no venía (conducía) borracha y le estaba hablando del tema precisamente, pues aquí está conmigo en este momento, te fuiste de raya, que ´suertudoeres le dije, pues nadie te detuvo”, expresa el regidor al reportero.
Mendívil Figuera confirma que el accidente efectivamente ocurrió en la carretera internacional, pero luego de ocurrir las víctimas abandonaron el sitio del percance para ir a recibir atención médica al IMSS, incluido su chofer, sin ser afliiado, quien permaneció en esas instalaciones hasta casi las 2:00 de la tarde desde la hora que sucedió el percance.
El inicio de las inconsistencias
“El choque fue en la Carretera Internacional y me avisaron 15 minutos después, cuando llegué al lugar de los hechos no estaba ninguno de los accidentados. El carro estaba a la mitad de la cola sobre la carretera. Llamo a algunos taxistas y lo bajamos de la carretera y le tomamos fotos porque el federal tardó una hora y media en llegar”, detalla, “cuando llegó Cruz Roja no se llevó a nadie y el federal cuando llegó a la escena del choque me dijo si no hay lesionados aquí no hay delito a pesar de ver los rastros de sangre al interior de la unidad”.
Otro de los supuestos argumentos de los federales para no proceder es que no hubo daños a la nación, es decir, a las vías federales de comunicación por lo que sólo lo escoltaron a llevar el auto siniestrado al C5 en una grúa propiedad del Regidor porque los encarfados de tales labores se evadieron.
Poco antes, según su versión, las víctimas regresaron al lugar de los hechos y le dicen al federal que la policía municipal apenas llegó y se retiró sin delimitar la escena, aunque Jesús Isidro afirma que nunca regresaron al sitio del accidente sólo su papá.
“Antes que se llevaran el carro al C5 con el Ministerio Público yo le dije al oficial que sacaría las pertenencias de ahí que eran de las personas lesionadas, entre ellos algunos papeles del Seguro Social, pues tengo entendido que iban a una cita o algo así”, prosigue Mendívil a manera de mostrar su empatía con las víctimas, “un señor de unos 55 años (papá y esposo) se dirige al federal y yo me arrimo y me dice mi hijo casi pierde el ojo, cuando llega le doy los papeles y él me dijo el chofer está borracho y yo le dije: ´hay que darle para delante”.
Francisco Mendívil Figuera asegura que siempre buscó que las cosas se hicieran “conforme a la ley” y que incluso le solicitó al mismo federal de caminos que nadie se ausentara porque no podría comprobar los hechos ocurridos al momento de hacer válida la póliza de garantía del seguro.
Pero también indica que un representante de Qualitas, la empresa aseguradora apenas llegó y se deslindó, pues determinó que no procedía el seguro porque ninguna corporación detuvo al chofer, por lo que supuestamente él procederá a “demandar a la compañía aseguradora”, según cuenta a pesar de que la unidad no está a su nombre.
“Nos desafanamos (desocupamos) a las 2:00 de la tarde, incluso llame a un perito del Ministerio Público y le tomaron huellas y fotos al carro, y le pedí darle seguimiento para que no quedara impune esta situación e incluso hasta informé al director de Seguridad Pública local”, platica, “cuando terminaron su trabajo me comentaron que irían al Ministerio Público, y también a la -corporación- Agencia Ministerial de Investigación (AMIC) para que se procediera a detener al chofer. “Mi chofer me habla después de las 2:00 de la tarde y me dice aquí estoy en la casa y le digo como que andas ´pedo
manejando, donde te veo, y lo cité en un taller de mi propiedad como media hora después y le digo ¿qué pasó?”
“Me dice no sé qué pasó pero no ando borracho, aquí estoy, sino no hubiera venido, para eso los municipales, estatales y federales ya había ido por él al IMSS y eso lo miró la familia de los afectados, entonces él no ha sido citado y ni siquiera lo han buscado”, argumenta a manera de defensa de su empleado (comisionista) y dejando entrever la omisión policial.
Para eso ya habían transcurrido casi las 10 horas del accidente.
Al ser cuestionado sobre toda la serie de anomalías, el regidor revira y vuelve a insistir en que “yo no tengo porque dejarlos tirados ni porque no dejarlos tirados, yo no ocasioné el accidente, cuando me habla el joven (Jesús Isidro) y me dice soy el de accidente estuve a punto de perder el ojo pero no lo perdí, le dije le dieron seguimiento a la denuncia y me dijo que no”.
“Yo también soy victima aún no he puesto denuncia a este cabrón que aquí lo tengo a un lado”, repite, “yo procederé legalmente contra el chofer hasta después que ellos lo hagan, porque las lesiones de ellos son más graves que la perdida del vehículo”.
Expresa que aún no sabe si el responsable del accidente seguirá laborando para su empresa como “comisionista”, que es la figura a través de la cual se contrata a quienes trabajan como conductores de taxis en “Taxi Amigo”.
El taxista se defiende…
Por su parte David Carrillo Linares el taxista que provocó el accidente, al ser abordado asegura que ese día el no andaba “ni tomado ni drogado”.
“Cuando llegué al IMSS me quedé dormido en los asientos y cuando desperté como a las 11:00 de la mañana ya tenía un suero puesto en mis venas, luego la trabajadora social me preguntó sobre el accidente y eso fue todo”, expone, “me pidieron que llamara a mis familiares para que me atendieran en otra parte por no tener seguro (IMSS), cuando me paré me dolía la espalda y cintura”.
A la fecha revela que no ha sido notificado de alguna demanda por parte de las víctimas y tampoco por parte de su patrón, que al momento de la entrevista se encontraba junto a él.
“Cuando me soltaron del IMSS me llevó el esposo de la señora a mi casa y quedó de ir por mi en la tarde y ya no lo volví a ver; me comprometí a apoyar siempre y cuando estuviera trabajando pero no estoy trabajando”, sostiene Carrillo quien según su patrón apenas tenía tres semanas laborando para “Taxi Amigo”.
Esta es una historia más de la impunidad que prevalece en todos los rincones de México,